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 sábado, 22 de septiembre de 2007  
El martes y miércoles las escuelas especiales se reúnen en el 8º encuentro de “Mostrarte”, en el Centro Cultural Bernardino Rivadavia
La integración escolar, algo más que un lugar en el aula
Las escuelas especiales dicen que el desafío de la inclusión es con la sociedad

Marcela Isaías / La Capital

“Llegué a recorrer hasta 25 escuelas públicas, privadas, católicas y laicas. En todas encontré todo tipo de excusas para no recibir a mi hijo. Luego de 5 meses, a presión y a través del Ministerio de Educación, logré un lugar para Federico”. El relato es de Elisa Vallés, la mamá de Fede, un nene con problemas psicomotrices y en el lenguaje. Un testimonio que abre el debate sobre qué es la inclusión educativa, cuestión que para los educadores trasciende al hecho escolar.

Federico había iniciado su escolaridad en una escuela común que mantenía un proyecto de integración con otra especial. Llegó a tercer grado, hasta que la institución cerró sus aulas por falta de matrícula. Elisa comenzó así la búsqueda de un nuevo lugar para su hijo.

“No hay cupos”, “ya hemos completado los lugares destinados a chicos con necesidades educativas especiales” o bien “nos gustaría recibir a su hijo pero no sabemos si esta escuela le servirá”. Esas fueron las respuestas más escuchadas.

Hoy Fede cursa el 6º año de la EGB en la Escuela Nº 134 de Rosario, una institución común conocida por contar desde hace años con un proyecto de integración. Elisa forma parte de un grupo de madres y padres, Nuevos Andares (www.nuevosandares-g134.com.ar) se llama y trabaja por la inclusión.

“Como papás no queremos un banco por lástima en las escuelas, sino por ser un derecho que les corresponde a nuestros hijos”, dice Elisa que hoy junto a las otras mamás recorre los profesorados dando charlas sobre diversidad.

Una de las metas que se propone Nuevos Andares, un grupo abierto al que además se suman docentes y profesionales, es que las escuelas cuenten con programas inclusivos y trabajen con adaptaciones curriculares. “Es necesario un cambio de mirada, donde todas las escuelas asuman la responsabilidad de trabajar con la diversidad”, dice Elisa.

El testimonio de Elisa no es único, cada tanto una carta de lectores alerta sobre las dificultades de inclusión por la que pasan niños y niñas con diversos problemas. Vale recordar que la ley nacional de educación Nº 26.206 contempla la obligación del Estado de asegurar la educación adecuada a los niños con discapacidades permanentes o temporales, y habla así desde el personal que acompañe hasta edificios acondicionados y accesibles a todos.

Viviana Della Siega, responsable del área de educación de la Defensoría del Pueblo de Santa Fe, afirma que a esta dependencia llegan padres pidiendo ayuda, pero que siempre logran encontrar un lugar, con la intervención del Ministerio de Educación.

De todas maneras Della Siega advierte que el problema también pasa por la “falta de escuelas para la diversidad” y “de recursos humanos como lo son las maestras integradoras”.

      

Un paso adelante

Con un paso adelante en materia de inclusión, las escuelas especiales de la Región VI y algunas invitadas de otras zonas, se encuentran desde hace 8 años para compartir sus logros.

Este año, el 8º encuentro será el martes y miércoles de esta semana en el Centro Cultural Bernardino Rivadavia. “Sé parte del cambio, no te muestres, date tan solo a conocer”, dice el lema con el que invitan a todos a sumarse.

Pero en el fondo, el deseo de estas escuelas es lograr que testimonios como el de Elisa, de aquellos que hablan de posibilidades, de diferentes tiempos de aprendizaje y nuevas oportunidades, puedan ser compartidos en un mismo debate con las escuelas comunes.

“Esta etapa donde nos juntamos es muy positiva, la cuestión sería socializar estos logros, contagiar a otros, hacer juntos”, dicen la directora y vicedirectora de la Escuela Especial Nº 2004, Adriana Irranca y Lilián Moya abriendo el juego a las escuelas comunes.



Esfuerzo y creatividad

La Escuela Especial Nº 2.004 es una de las que estará en el encuentro más conocido como “Mostrarte”, por ser un espacio donde las expresiones artísticas ganan la programación. A esta escuela de la zona sur asisten chicos desde los 6 hasta los 14 años. La institución, de Bermúdez al 5700, trabaja con cuatro escuelas de la zona en proyectos de integración y asiste a 70 alumnos integrados.

La directora Irranca está convencida de que la discusión sobre la inclusión educativa no puede darse sólo en el ámbito de la escuela: “La integración no pasa sólo por incluir a los chicos con necesidades especiales a la escuela común. Es un proceso que tiene que ver con la representación que la sociedad tiene de lo que es la diferencia, de la discapacidad”.

Y en relación a las estructuras que debe mover la escuela, recuerda que el sistema educativo tiene una historia muy arraigada en la homogeneidad, en esto de pensar que todos los chicos empiezan y culminan a determinada edad la escolaridad, y que además todos aprenden lo mismo al mismo tiempo.

Un proyecto de integración demanda así un esfuerzo diferente y mucha creatividad para adaptar los contenidos que todos los chicos tienen que aprender, a las distintas necesidades, apunta la directiva.

Al trabajar en estos acuerdos de integración, una de las mayores dificultades pasa, para la vicedirectora Lilián Moya, por la “falta de recursos humanos”.



Coordinación

La educadora hoy es la responsable de seguir de cerca los pasos que dan los alumnos integrados en las distintas escuelas comunes con las que trabajan, lo cual implica una tarea de coordinación con otros docentes y profesionales.

De todas maneras advierte que esta falta de recursos humanos que se menciona es producto de un cambio favorable que “ha liderado la escuela especial”. Entiende así que donde faltan recursos es porque está la demanda y porque hubo un cambio.

“Antes los equipos técnicos estaban en una planta escolar especial para atender a los propios alumnos, ahora salimos a las escuelas comunes” con el mismo personal, explica Moya para ampliar la idea de avance y nuevas necesidades en materia de integración escolar.

Mientras la charla con los docentes transcurre, el grupo de alumnos más grande de esta escuela se prepara para la muestra del Centro Cultural Rivadavia. Ezequiel, David, Maxi y Daniel son los más inquietos al recorrer junto con sus compañeras los distintos talleres, entre ellos los de construcción y reciclado de juguetes.

Otros chicos preparan aros de colores para lo que promete ser una representación artística y expresiva. A un costado del amplio patio y donde el sol pega fuerte unas nenas despliegan unas remeras recién pintadas con la frase “Superando límites”, todo un desafío para pensar en los propios obstáculos.


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Los chicos de la Escuela Especial Nº 2.04 de Rosario se preparan para el encuentro del martes de esta semana. Construyen juegos de mesa y de ingenio y también reciclan juguetes.

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