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domingo,
09 de
septiembre de
2007 |
Auge de la reventa y los videoclubes
En las calles de la isla un reproductor de DVD se consigue en unos 200 pesos convertibles, y como el tope por viajero de estos equipos es dos, muchos traen al menos uno con el claro objetivo de revenderlo.
Hasta ahora, las posibilidades de ingresar los productos por aduana no produjeron una disminución de los precios en el mercado negro. Estos productos no se venden en las tiendas.
Paralelamente los improvisados videoclubes cobran unos 10 pesos cubanos (0,50 centavos de dólar) el alquiler de filmes, novelas y películas para niños.
La Aduana recordó a los inspectores que algunos viajeros están exentos de impuestos, como los “colaboradores”, o sea los miles de médicos y técnicos de los programas de Cuba con países del tercer mundo que van y vienen con asiduidad.
Habanos. El proceso de modernización se hizo extensivo a las exportaciones, y en este sentido la norma de más impacto quizá sean los permisos para sacar de la isla en cada viaje hasta 50 habanos, mercadería que anteriormente era celosamente cuidada por los funcionarios.
La Aduana cubana se concentra en impedir la entrada de artículos totalmente prohibidos, como pornografía, drogas o armas de fuego, pero con la idea de que no se puede tapar el sol con un dedo en materia de avances técnicos.
Cambio imparable. “Tecnológicamente el mundo ha cambiado, hay cosas que hay que buscar combatirlas de otra forma”, como la imágenes obscenas o el terrorismo, comenta el director Ramón Sánchez-Parodi. “Es como si prohibiéramos los teléfonos porque la gente dice groserías por ellos”, ejemplificó.
Para el funcionario el ingreso de mercancías como los DVD no tiene impacto económico, aunque reconoció que había una entrada masiva “hormiga” esta temporada.
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