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domingo,
26 de
agosto de
2007 |
Del quirófano
“Nuestra amistad se forjó en el quirófano, más allá de la diferencia de diez años que nos separa. Yo hacía mucha cirugía de oído, que duraba tres o cuatro horas, y como el anestesista tiene que estar al lado, charlábamos bastante. Lo acompañé a Israel, experiencia que fue la génesis del Centro de Especialidades Médicas Ambulatorias (Cemar). Al regresar hicimos una parada en Berlín, donde la vida cultural era intensa. En un día escuchamos cuatro conciertos. Y rematamos la jornada yendo a la Opera Nueva. Hoy seguimos saliendo a caminar juntos hasta el puerto o el balneario La Florida”. (León Epstein)
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