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domingo,
26 de
agosto de
2007 |
Recuerdan a Ceferino a 121 años de su nacimiento
Con celebraciones litúrgicas, bendiciones y confesiones al aire libre la pequeña localidad rionegrina de Chimpay festeja hoy el 121º aniversario del nacimiento de Ceferino Namuncurá, quien será proclamado beato el venidero 11 de noviembre.
Todos los años, en torno a la fecha del 26 de agosto, este pueblo de seis mil habitantes, situado sobre la ruta 22 a 380 kilómetros de Viedma, transforma su perfil frutihortícola para convertirse en la meta de miles de peregrinos católicos de la región.
Pero en estos días parece tener un renovado impulso la manifestación de los feligreses, ante la inminente consagración del indiecito mapuche como beato, tras la comprobación científica de la milagrosa curación de una mujer enferma de cáncer que lo invocó en sus reiteradas oraciones.
“Es una buena nueva que estuvimos esperando durante muchos años y nos llega a los argentinos en este año especial, como una señal de esperanza en el amor de Dios” sostuvo ayer el obispo de Viedma, Esteban Laxague, que es la máxima autoridad religiosa de la zona.
Añadió que “Ceferino nos recibe a todos, nos reúne por encima de las culturas y los credos, el milagro que se propone es la unidad nacional, sin dádivas ni regalos a cambio, porque desde su pobreza sólo nos ofrece su oración”.
En la soleada pero fría tarde de ayer varios cientos de peregrinos fueron llegando a Chimpay, reuniéndose en torno al monumento a Ceferino, en donde se celebró la misa oficial de bienvenida.
El amplio parque ceferiniano, sobre la costa del río en el sitio donde pudo haber estado el toldo del cacique Manuel Namuncurá, en cual nació Ceferino, recibía también delegaciones a caballo y ciclistas, que cumplen sus respectivas promesas al beato mapuche.
En representación de las comunidades mapuches de la Patagonia arribó Hermelinda Painequeo, una chubutense de 65 años, para quien Ceferino “es un hermano indio que nos ayuda a todos, dándoles amor a los pobres y a los ricos, sin distinciones y sin rencor contra los huincas que hicieron tanto daño a nuestro pueblo”.
“Los católicos vinculados con los salesianos aprecian a Ceferino, pero hay sectores de la misma Iglesia que no lo reconocen, para nosotros es un orgullo y estamos contentos por su beatificación” agregó.
El ingreso de visitantes no tenía pausa y anoche la policía calculaba que unos dos mil autos habían arribado a Chimpay.
Hoy, cuando salga el sol, el lonco (jefe) araucano Jacinto Ñancufil elevará una oración en su antigua lengua, para recibir el día del 121º aniversario del nacimiento del futuro beato. Después se hará una procesión de 15 kilómetros y la misa central. (Télam)
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