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 domingo, 12 de agosto de 2007  
San Miguel de Tucumán: de paseo por la historia
La capital tucumana cuenta con joyas arquitectónicas que fueron testigos de grandes momentos patrios

Caminar por las calles céntricas de San Miguel de Tucumán, declarada “Ciudad Histórica” en 1999 por la riqueza de su patrimonio cultural, es como meterse en un túnel del tiempo y retroceder dos siglos. El centro histórico, con algunas de sus calles forestadas con naranjos, es el corazón de la ciudad y en ella se levantan los edificios de mayor significación cívico-institucional de Tucumán.

Este recorrido invita a descubrir la capital tucumana, protagonista de la historia nacional y dueña de un importante legado patrimonial. Con una vida cultural intensa y una particular vida nocturna, la ciudad ofrece distintos atractivos que permiten conocer lo más auténtico de su historia y de su presente.

En la plaza Independencia, corazón de la ciudad, se destaca la estatua de la Libertad, obra de la célebre escultora tucumana Lola Mora. Alrededor de la plaza se levantan edificios que reflejan distintos períodos arquitectónicos y que bien merece detenerse en ellos: Casa de Gobierno, Casa Padilla y templo de San Francisco. La iglesia catedral, con un estilo neoclásico, se impone sobre la esquina sureste y dos hoteles se destacan del resto de las construcciones: la casa Nougués, sede del Ente Tucumán Turismo, y el Centro Cultural Rougés.



Casa histórica

Sobre calle Congreso 141 se encuentra la histórica Casa de Tucumán, sitio donde fue declarada la Independencia de las Provincias Unidas del Sur, el 9 de Julio de 1816. Esta residencia es uno de los monumentos más solemnes y uno de los símbolos más representativos de la identidad nacional de los argentinos. En su interior funciona el Museo de la Independencia con diez salas destinadas a exponer y relatar los distintos avatares por los que atravesó el país durante los días previos y posteriores al emblemático acontecimiento de la Independencia.

Desde el exterior se logra apreciar la reconstrucción de la típica fachada colonial de color blanco, con 25 varas de frente, dos ventanales enrejados y el escudo nacional sobre el umbral de la puerta principal. En su interior se puede recorrer el patio principal que encuadra las habitaciones privadas, el segundo patio donde se encuentra el pozo de brocal y las diez salas expositoras que exhiben documentos, objetos, muebles y armas de la época.

En la sala de la Jura de la Independencia se conserva la mesa en la que se firmaron las actas de declaración, retratos de próceres argentinos, el Acta de la Declaración de la Independencia, la Biblia sobre la que juraron los congresales, y el crucifijo que estuvo presente en todas las reuniones del congreso, entre otros objetos de interés.

Luego de conocer las distintas salas se puede transitar por los jardines de la casa para disfrutar de la colorida vegetación compuesta por lapachos, ceibos, algarrobos, naranjos y estrella federal. En el cuarto patio se encuentra el mástil con la bandera y sobre los laterales se alcanzan a apreciar cientos de placas enviadas por distintos países para la fecha patria y los famosos bajorrelieves de Lola Mora, que fueron realizados en homenaje a los próceres de la Independencia.



Luz y sonido

Por la noche, se puede apreciar “Tucumán cita a la Patria”, un espectáculo de luz y sonido en el que se evocan los históricos momentos que condujeron al 9 de julio de 1816. Desde los árboles de los patios surgen luces y voces que dan vida al sitio y a aquellas horas tensas en que la historia tomaba un nuevo rumbo. Las voces de Francisco Narciso Laprida, Juan José Paso y Godoy Cruz, la lectura del acta y las aclamaciones del pueblo logran conmover a los visitantes que no pueden evitar volver en el tiempo y sumarse a los “¡Viva la Patria!”. El show culmina con la entonación del Himno Nacional frente al mástil donde ondea la enseña patria.

La iglesia de San Francisco, 25 de Mayo y San Martín, por iniciativa del padre guardián fray Miguel García, se construyó entre 1879 y 1885. En 1925 fue decorado su interior con las pinturas que hoy se conservan. Aunque la construcción ocupa una esquina, la entrada al templo se halla sobre una de las calles laterales de la plaza. Perteneció a la Compañía de Jesús en sus comienzos, luego pasó a manos de los dominicos y luego a la Orden de los Franciscanos.

La fachada está organizada respondiendo al esquema de tres calles con arcadas —que reflejan su estructura interna—, la central enfatizada por columnas apareadas de capiteles corintios.Tiene tres pisos, enlazados el segundo y el último, correspondiente al campanario, por suaves volutas que salvan la diferencia de altura entre la nave central y las laterales. Es la iglesia más antigua de Tucumán y fue declarada Monumento Histórico Nacional en 1964.

La iglesia en sí misma es una obra de arte, por su arquitectura, pero también por las reliquias que posee. Su interior guarda la mesa donde se firmó el Acta de la Independencia y la primera bandera nacional enarbolada en Tucumán, el 8 de octubre de 1814. El altar mayor fue realizado por indígenas de las misiones. Frente a éste se encuentra la tumba del monseñor José Agustín Molina, que fue prosecretario del Congreso de 1816. En una de las alas del convento tuvieron su alojamiento y enfermería las tropas de Belgrano luego de la Batalla de Tucumán.



Casa Padilla

En el lado oeste de la plaza Independencia, y vecina a la Casa de Gobierno, se encuentra la Casa Padilla, vivienda cuya construcción data de 1860. Lindaba al norte con la casa de Fortunata García (quien dio sepultura a la cabeza de Marco Avellaneda) y seguía el antiguo Cabildo, que fuera demolido por la construcción de la sede de Gobierno. El solar perteneció a José Frías, gobernador de Tucumán, quien en 1853 dividió su casa en dos, y luego de refaccionarla la entregó en vida a sus hijos Justiniano y Lastenia. La correspondiente al varón fue demolida, y la casa heredada por Lastenia, que se instaló allí con su esposo Angel de la Cruz Padilla, quien fuera intendente, político y jurisconsulto de la época.

En el edificio, desde 1976 se exhiben muebles y objetos comprados por la familia en Europa, desde obras pictóricas, porcelanas y biombos chinos, hasta objetos hispanoamericanos y muebles de estilo. Bustos provenientes de la galería de Casa de Gobierno se encuentran en exposición.

Sobre calle San Martín, siempre en el ámbito de la plaza, se erigen el ex cine Plaza, la Caja Popular de Ahorros, la sede del Jockey Club, el ex Hotel Plaza y la Federación Económica, todos edificios de gran valor patrimonial. Otras opciones para visitar dentro del casco histórico son la iglesia La Merced, el Museo de Arte Sacro, la Casa Avellaneda y la basílica de Santo Domingo. A partir de allí es posible conocer el Museo Provincial de Bellas Artes Timoteo Navarro y, sobre 24 de septiembre, el Museo Folclórico.

Un poco más alejado se encuentra el parque 9 de Julio, pulmón de la ciudad que es lugar Histórico Nacional donde se encuentra el Museo Casa Obispo Colombres. También es recomendable recorrer los alrededores de la plaza Urquiza donde se ubica un interesante conjunto arquitectónico compuesto por el edificio de la Legislatura, el Casino y el Teatro San Martín.

Tucumán posee una de las plazas hoteleras más grandes del Norte con una amplia oferta de alojamientos. Tanto en San Miguel de Tucumán como en los diferentes destinos turísticos el visitante podrá encontrar establecimientos de distintas categorías que colmen sus necesidades. El Jardín de la República cuenta con hoteles de primer nivel, hosterías familiares, estancias rurales y hostels. Para mayores informes consultar en www.tucumanturismo.gov.ar.
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Recorrer la casa histórica es un paseo obligado.

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