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domingo,
12 de
agosto de
2007 |
Política. Economistas piden cambios en la política de contención
Inflación: cómo remontar el partido
Enfriar la economía, redistribuir ingresos o hacer un pacto social. Qué dicen los analistas
Patricia Armentano / La Capital
La aceleración de la inflación en los últimos meses es indiscutible. Más allá de la gravedad generada por la falta de credibilidad en la medición del Indice de Precios al Consumidor (IPC) que elabora el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), la gran incógnita es si esta tendencia alcista se mantendrá en el corto y mediano plazo.
Algunos economistas consideran que el gobierno todavía está a tiempo de salir de la crisis institucional provocada por la manipulación de las cifras del Indec y sincerar los números de la inflación con la puesta en marcha de una nueva canasta para medir el consumo. Actualmente se utiliza una que no refleja realmente las habituales compras de los argentinos y con una renovada base se podrían subsanar los errores cometidos hasta el momento y volver a darle legitimidad al IPC.
Los acuerdos
Pero ese sinceramiento no soluciona la cuestión de fondo, que es contener la suba de precios. Los analistas coinciden en que las políticas de acuerdos de precios están en un punto de agotamiento, así como las de subsidios y restricciones a las exportaciones. Consideran necesario, entonces, revisar la estrategia de contención.
Según el Indec, la inflación de julio fue del 0,5% y acumuló en siete meses un incremento del 4,4%. Estos guarismos no guardan proporción con otros indicadores del mismo organismo, como el que mide los precios mayoristas (9,5%) y el de la construcción (14,1%). El costo de vida en las provincias registró subas de entre 6,5% y 11,2% en los primeros seis meses del año.
El economista Marcelo Lascano señaló que la idea generalizada de que la inflación se ubica en un nivel superior a las cifras oficiales podría acelerar la puja distributiva. Sin bien considera que los reclamos son genuinos, advierte que “es un tema que trajo muchos dolores de cabeza a la Argentina y la próxima administración deberá hacerse cargo”.
El economista Miguel Kiguel coincide en este aspecto y aseguró que “la sensación térmica es que la inflación se ubicará entre el 15% y 16% anual, y está llegando a niveles que le preocupa a la gente”.
“¿Qué se está haciendo para frenarla?”, se preguntó durante su paso por Rosario, la semana pasada. Y se contestó: “Nada, se está escondiendo y eso no es solucionarlo”. Sugirió entonces buscar alternativas, que pasan por “una mayor prudencia a nivel crediticio, fiscal y salarial”. De todos modos, admitió que “no hay una única receta” para combatir la suba de precios y consideró que el gobierno no tomará la dirección de Brasil, que apostó a una tasa de interés muy alta para contener la inflación.
“Una receta muy ortodoxa”, advirtió. Igualmente, llamó a “tener en cuenta que bajar la inflación es costoso”.
Mariano Lamothe, economista de la consultora Abeceb.com, consideró que las mediciones distorsionadas también afectan las operaciones en los mercados.
Actualmente los tenedores de bonos ajustados por CER están resignando ganancias por los menores índices de inflación oficial. El Estado se ahorra una diferencia interesante, pero para el analista se trata de “una mirada miope” de la economía.
“Cuando el país salga a buscar financiamiento, el mercado se va a cobrar lo que está pasando, teníamos una herramienta con ciertos incentivos y ya la perdimos”, apuntó Lamothe.
Por eso el analista de Abeceb.com considera que “el gobierno debe reconocer la distorsión de los precios relativos”. Sostuvo que desalentar el consumo es uno de los caminos a recorrer para salir de la presión inflacionaria, aunque la contrapartida es incentivar la inversión de los sectores productivos.
Pacto social
Jorge Vasconcelos, investigador del Ieral de la Fundación Mediterránea, explicó que si la inflación nacional se mueve en un margen anual del 15%, la situación no debería ser preocupante para la población porque los márgenes de aumentos salariales alcanzan. Sin embargo, consideró que la tendencia alcista se revertiría si la nueva gestión que asuma en diciembre convoca a una concertación entre empresarios, sindicatos y gobierno. “Se deben plantear metas de inflación descendente, un gasto público en su función, y eso puede lograrse con un pacto social”, apuntó.
Otro dato a tener en cuenta es que los datos fiscales confirman también la hipótesis de las mediciones alteradas. El elevado crecimiento nominal de la recaudación —por caso el IVA creció 48% en julio— no se puede explicar únicamente por un mayor consumo o por una reducción de la evasión, destaca un informe de la consultora Ecolatina.
Ecolatina cree que todavía hay margen para atacar los factores de riesgo. De lo contrario la herencia inflacionaria para la próxima administración será una pesada carga.
La distribución
El economista Rubén Lo Vouolo mostró una preocupación más de fondo.
“La falta de estrategias de inversión por parte de los sectores productivos, la distribución regresiva del ingreso donde hay sectores que recuperaron su poder adquisitivo mucho más rápido que otros, la incapacidad en la instrumentanción de mecanismos de regulación de precios y la incapacidad para diseñar políticas de ingresos diferentes a las de los 90 son cuestiones fundamentales”, indicó.
“No hay medidas parciales, si el sostenimiento del modelo económico depende de una tasa de crecimiento del 8% es un error, la morosidad en asumir estos problemas lo puede obligar en el corto plazo medias mucho más ortodoxas que si esto se hubiera anticipado”, apuntó el analista.
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Moreno y alimentarias anunciaron un nuevo acuerdo de precios.
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