Messi y Maradona, un momento mágico

Por Luis Castro / Ovación

Y un día, un 3 de agosto de 2007, la magia se juntó en todo su esplendor. Diego Maradona y Lionel Messi se juntaron para charlar durante un largo rato y Ovacion fue uno de los testigos privilegiados de ese histórico encuentro. El 10 mayor tomó la posta mientras el 10 menor se sonrojaba con cada palabra cargada de elogio que recibía de su ídolo. Durante algunos minutos hablaron en el programa Estudio Fútbol, que se emite por TyC Sports, en un sector de un hotel céntrico donde sólo un puñado de personas tuvieron acceso para palpitar ese momento.

  Lio llegó al lugar acompañado de su padre, Jorge, sus hermanos y un sobrino. Diego lo recibió con ese atrayente carisma y no paró de cargarlo para intentar descomprimir la situación. Es que Messi, a pesar de ser una estrella reconocida mundialmente y que debería estar acostumbrado a estas situaciones, conserva la humildad innata y la timidez en su máxima expresión. “Estás más alto, pendejo”, le tiró Maradona cuando se acomodaban para las fotos.

  Lio miraba el piso y no sacaba las manos de su bolsillo, aunque escuchaba atentamente lo que decía su máximo ídolo. “Me gustaría que alguna vez me dirija Diego”, insinuó el pibe de oro rosarino. Y Diego, con un humor a pleno, contestó: “Entonces dejo de lado lo de Uruguay”, en reflexión a un supuesto interés que habría para que conduzca a la selección celeste.

  La parada la tomó Maradona y Messi sólo optó por escuchar. Cuando se habló de parecidos y que ambos fueron campeones juveniles, Diego acotó: “Y los dos somos zurdos”. También se les recordó que los dos marcaron goles con la mano, a lo que el 10 mayor retrucó: “Sí, y no los vieron”.

  Cuando las cámaras se apagaron, todos los Messi se juntaron para la foto con Maradona. Enseguida la gente de la Iglesia Maradoniana le hizo entrega a Diego de sendos murales con el Monumento a la Bandera y de fondo la cara del Diez, con una escritura que reza: “Gracias al fútbol, Dios vuelve a predicar”. Hasta Pablo Marini y el Pitufo Grioni se dieron una vuelta para saludar a los dos jugadores con pasado leproso. Diego y Lio accedieron a las fotos y luego se dirigieron a una habitación para dialogar con tranquilidad y sin miradas indiscretas.

  Seguramente las anécdotas y vivencias de un genio que ya hizo lo suyo en el fútbol deben haber aparecido en escena para ser escuchadas por otro dueño de un talento incomparable y que está en camino a transformarse en el gran sucesor. Diego y Lionel vivieron un momento mágico e histórico. Se encontraron en Rosario, donde Maradona le pasó la posta simbólica para seguir maravillando al mundo. Los dos estuvieron de diez.

Lionel y Diego compartieron la previa del showbol y Ovacion fue testigo privilegiado del encuentro.