La gente desbordó el cubierto de Newell’s para ver a Diego

Argentina venció 8 a 5 a Uruguay en el showbol

Lucas Vitantonio / Ovación

Hay una razón que se impone a la hora de explicar la causa del lleno total que presentó anoche el estadio cubierto de Newell’s: el afecto popular incondicional hacia Diego Armando Maradona. Hubo dos protagonistas excluyentes en la velada del parque Independencia, el dueño eterno de la 10 de la selección, por un lado, y la gente renovando el emocionante ritual hacia su ídolo, por el otro. El marco fue un entretenido partido de showbol, donde Argentina se impuso por 8 a 5 a Uruguay. El momento culminante fue el sutil toque de zurda con que Diego cambió un penal por gol.

  La gente, en su mayoría hinchas leprosos que decoraron el estadio de rojo y negro, colmó las populares y las plateas y posó sus miradas con exclusividad durante los 60 minutos (dos tiempos de 30) en la leyenda viviente del fútbol mundial. En ocasiones la pelota estaba lejos del Diez, pero la gente focalizaba la atención siempre en su humanidad. Le gritaban, lo filmaban y trataban de captarlo en fotos con los teléfonos celulares.

  Ver en acción al responsable de la conquista mundial en México 86, al hacedor de la jugada que definió Caniggia para eliminar a Brasil de Italia 90 y al jugador que siempre dejó la vida defendiendo en la cancha los colores de la bandera, sigue despertando la emoción de los amantes del fútbol. Incluso el legado insuperable de su destreza no tiene fecha de vencimiento y por ello anoche pibes que no medían más de un metro lucían la camiseta argentina con la 10 en la espalda.

  El telón de fondo fue un partido de showbol. Sobre la alfombra verde además del mejor había reconocidos jugadores en ambos equipos. Argentina se impuso con justicia a los charrúas por 8 a 5. Los goles albicelestes fueron obra de Gabriel Amato (dos), Maradona, Juan José Borrelli (dos) y Diego Soñora (tres). Mientras que para el combinado uruguayo facturó Serafín García, Nicolás Molinterno (dos) y Gabriel Cedrés (dos).

  Además de los goleadores estuvieron en la cancha el Vasco Goycochea, el Negro Gamboa, Carlos Mac Allister, Mancuso, Almeyda, Almandoz y el Betito Carranza. Y en la vereda de enfrente los conocidos fueron el Manteca Sergio Martínez, Rubén Paz y Hugo De León. El que no pasó desapercibido fue el Polilla Ruben Da Silva, muy abucheado por su pasado canalla, en especial luego de fallar un penal en el primer tiempo.

  Si bien había jugadores de buen pie el juego no fue tan vistoso como se esperaba y sólo se vieron algunas pinceladas de talento. Diego metió sus habituales pases imposibles, Gamboa tuvo criterio para salir del fondo y el Betito Carranza ensayó algunos enganches endiablados. En los charrúas el mejor fue Cedrés, que conserva el panorama para habilitar a sus compañeros y el remate letal de media distancia. Como era de esperar los que más rascaron fueron el Colorado Mac Allister y el caudillo Hugo de León.

  Maradona hizo escala en Rosario y renovó su romance con la gente, con esos hinchas anónimos que lo admiran y lo bancan a muerte. “Es el Diego de la gente”. Una frase que no tiene fecha de vencimiento y que con el paso del tiempo parece agigantarse.

Diego intenta dominar el balón ante el achique del arquero uruguayo.