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sábado,
04 de
agosto de
2007 |
Las dudas del “hecho en China”
James Pomfret / Reuters
Miles de jóvenes empleados que fabrican juguetes salen al amanecer de las plantas del gigante estadounidense Mattel en Foshan, estado de Guanyao, al sur de China, luego de una guardia nocturna de 11 horas, mientras son suplantados por nuevos compañeros. Vendedores ambulantes en motocicletas venden leche de soja tibia, panecillos humeantes y fideos a la multitud que quiere comer algo rápido antes de regresar a los atiborrados dormitorios.
“Estoy tan exhausta que me podría morir”, dijo una trabajadora de 19 años de Hunan, quien ha pasado la noche agregándoles cabellos a unas 3.000 muñecas Barbie.
Con su semana laboral de seis días, ella gana 1.000 yuanes (132 dólares) por mes, mucho más de lo que podría recibir en su zona de procedencia.
Mattel Inc. informó esta semana que está retirando en todo el mundo 1,5 millón de juguetes fabricados en China porque su pintura puede contener demasiado plomo.
La decisión del grupo estadounidense es la última de una seguidilla de incidentes que despertaron temores por la seguridad de los productos con la marca “hecho en China”.
En el mundo ha crecido la preocupación por la seguridad de los productos exportados por China, desde neumáticos hasta alimentos, medicamentos y pasta dentífrica.
El caso de Mattel no es excepcional. En junio, RC2 Corp. tuvo que retirar 1,5 millones de trenes de juguete de madera de Thomas & Friends porque algunos de ellos contenían pintura con plomo.
Desde Hong Kong hasta Guangzhou, el delta del río Pearl se ha desarrollado durante los últimos 25 años para convertirse en una de las áreas fabriles más grandes del mundo, saturada con cientos de miles de plantas que producen como salchichas productos para marcas de lujo y otras de menor calidad.
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