Un observador romántico

Poesía

La violencia humanitaria, de Guido Martínez Carbonell. Homo Sapiens, Rosario, 2007, 55 páginas.

Guido Martínez Carbonell (1954) es vastamente conocido en la ciudad por la actividad que desarrolla desde hace años como presidente del teatro El Círculo, además de por su labor profesional como abogado y notario. Pero la poesía también integra la lista de sus pasiones. “La violencia humanitaria”, recientemente editado por Homo Sapiens Ediciones, retoma un camino que se inició en 1981 con el libro “Las marcas ocultas” y continuó en 1986 con “Poemas de amor y odio”.

De la mano de un lenguaje sencillo pero pulido, Martínez Carbonell expone en sus poemas una sensibilidad de corte romántico, además de dotes de observación intensamente comprometidas en la búsqueda de rasgos trascendentes del paisaje.

Las relaciones humanas —el amor y la amistad en destacado primer término—, junto con una mirada nostálgica dirigida hacia una Argentina donde los lazos de la solidaridad social todavía no se habían quebrado también forman parte de la paleta multicromática del poeta, que no elude juicios de valor cuando el caso lo justifica.

Desde lo más pequeño, entonces, a lo grandioso o inefable, el volumen se desliza sin ampulosidades, cargado de referencias íntimas que nunca se leen, sin embargo, como estrictamente privadas. “¿Y dónde estarán los fresnos/ perdiendo el color de otro otoño/ que sueño y jamás será mío?”, se pregunta el autor en “Estaciones ausentes”, y en “Hubo una eternidad” se lamenta, con precisión inusual: “Antes, cuando todos/ éramos muchos”. Es de esperar, entonces, que Martínez Carbonell no demore otras dos décadas en producir su siguiente trabajo.