A media luz. Las cerealeras pagan elevadas multas diarias

Las inversiones están en riesgo en el Cordón

Carlos Barbarich, Osvaldo Flores, Luis Blanco, Lizi Domínguez, Walter Gasparetti y Miguel Mancini.

A medida que la crisis energética comenzó a profundizarse en todo el país, todas las miradas de la provincia se posaron especialmente en los puertos del cordón industrial, donde la actividad tan variada de la zona implica un alto consumo de energía y combustibles. Sin embargo, y a pesar de las dificultades manifiestas en el sector productivo, la sangre aún no llegó al río, y hasta el momento ninguna firma se vio obligada a suspender personal, una situación que aún no fue descartada debido a que no avizoran una salida de en el corto plazo.

   Si bien en un principio algunas industrias pensaron enviar una nota a la Nación fijando una posición firme, el anuncio del gobierno provincial sobre medidas para ahorrar energía trajo un poco de tranquilidad a los empresarios.



Grandes pérdidas. Por ahora varias empresas trabajan soportando pérdidas importantes, pagando elevados costos por energías alternativas y multas por retrasos, situación que podría agravarse ante la imposibilidad de cumplir con obligaciones contraídas hace tiempo en el exterior.

   Resulta paradójico que en esta zona que muchas veces fue señalada como la vanguardia del resurgimiento argentino, donde se invirtieron más de 500 millones de dólares en los últimos años, hoy se hable de que la llegada de nuevas inversiones a la región corre serio riesgo.



Dos problemas. Las dificultades se pueden agrupar en plantas que usan gas o electricidad como materia prima y las que las utilizan para funcionamiento general. En el primer caso, que es el más afectado, se encuentran las químicas y petroquímicas, mientras que en el segundo están los puertos cerealeros y aceiteras del Cordón.

   Las químicas que utilizan gas como energía y que intentan reemplazarlo con fuel oil, se encuentran con que por un lado ven limitada su capacidad de almacenaje para este nuevo elemento, y por otro que en los últimos días la tonelada pasó a costar de 190 a 800 dólares, generando un incremento en costos fijos de una producción reducida.

   Algunas fábricas que también utilizan gas se encuentran en un período anual denominado “ventana”, donde directamente no se le suministra gas, lo que podría acelerar la detención de las plantas que habitualmente se realizan en otras épocas del año.



Como una ciudad. Las industrias que utilizan electricidad y se encuentran enmarcadas en un proceso de consumo electrointensivo, como es el caso de una química que para consume la energía equivalente a una ciudad de dos millones de habitantes, temen un impacto peligroso en su funcionamiento si se amplían los plazos de reducción.

   Los puertos aceiteros también están complicados en su funcionamiento operativo, y muchas veces se ven obligados a pagar multas entre 20 y 30 mil pesos por día a los buques que no les pueden terminar la carga.

   Las nuevas inversiones que llegaron a la zona, como las de Dreyfus, Noble, o Gargill en Villa Gobernador Gálvez, o las ampliaciones que se hicieron en algunas plantas, no están incluidas en la Base 2005 de consumo de energía, por lo tanto todo su consumo es considerado como energía plus, lo que hace que tengan un incremento de costos operativos en desventaja con otras empresa del mismo rubro.



Producción periodística: Carlos Barbarich, Osvaldo Flores, Luis Blanco, Lizi Domínguez, Walter Gasparetti y Miguel Mancini.

En los últimos tiempos se invirtieron 500 millones de dólares en las terminales portuarias.