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domingo,
15 de
julio de
2007 |
Héctor Timerman declara mañana en el juicio a Von Wernich
La Plata.- El cónsul argentino en Nueva York, Héctor Timerman, declarará mañana ante el tribunal federal que juzga al ex capellán policial Christian Von Wernich por el secuestro y torturas de su padre, el periodista Jacobo Timerman.
Además, durante esa jornada se oirá el testimonio del hijo de otro empresario periodístico secuestrado y desaparecido, Rafael Perrota (h).
Jacobo Timerman, director y fundador del diario La Opinión, fue secuestrado el 15 de abril de 1977 en Capital Federal y estuvo cautivo en los centros clandestinos de detención Coti Martínez y Puesto Vasco, centros que eran visitados por el sacerdote.
Von Wernich es juzgado desde el 5 de julio por el Tribunal Oral Federal 1 de La Plata por 7 homicidios, 31 casos de tortura y 42 privaciones ilegítimas de la libertad.
Timerman fue sometido a torturas con picana eléctrica durante meses, y fue interrogado y acusado de ser testaferro del grupo Graiver, tras lo cual fue “legalizado” en el penal de Magdalena.
Héctor Timerman, en declaraciones periodísticas efectuadas días atrás, aseguró que “Von Wernich no actuó de confesor ni de cura con mi padre, sino más bien de torturador” y acusó al sacerdote de “participar de las torturas y de los interrogatorios”.
En el caso de Rafael Perrota, abogado y dueño del diario El Cronista Comercial, fue secuestrado el 13 de junio de 1977, y sus captores exigieron a la familia el pago de un rescate, que, a pesar de ser abonado, no dio como resultado su liberación.
Perrota estuvo secuestrado en el centro clandestino de detención Coti Martínez, donde fue sometido a torturas, y se presume que fue finalmente asesinado
Héctor Ballent, que testificó el 10 de julio último ante el Tribunal que juzga a Von Wernich, relató que cuando estaba en el centro conocido como Coti Martínez compartió cautiverio con Perrota “quien vestía un traje gris con rayitas oscuras, camisa de fantasía y zapatos de charol. Un día le dijeron que se sacara todo porque no lo iba a precisar más”.
Ballent recordó también que tras la primera visita de Von Wernich a su lugar de cautiverio le pareció, por la forma de hablar de éste “que era un taquero (comisario) vestido de cura”. (Télam)
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