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sábado,
14 de
julio de
2007 |
El 81 % de los niños de Abra Pampa tiene plomo en la sangre
Abra Pampa.- El 81 por ciento de los niños en la comunidad jujeña de Abra Pampa tiene plomo en sangre en cantidades dañinas para su salud, según un estudio de la Universidad de Jujuy encargado para evaluar el impacto de la actividad de compañías mineras en la región.
El informe formó parte de las denuncias que realizaron comunidades de La Puna ante la justicia federal por contaminación ambiental producida por mineras, con énfasis especial en Metal Huasi, una fundición abandonada.
Ante la demanda explícita de las comunidades, el 7 de julio se concretó en esta ciudad un encuentro con funcionarios provinciales, nacionales y el obispado de Humahuaca, destinado a conformar una mesa que controle el cumplimiento de un plan de Remediación Integral del pasivo ambiental, es decir, la limpieza de la zona de los desechos generados por la actividad minera.
“Un 81% de la población infantil muestrada tiene valores por arriba de cinco microgramos por decilitro en sangre o sea que es población infantil en riesgo”, precisó a Télam Graciela Bovi Mitre, titular del Grupo de Investigación Química Aplicada (INQA) de la Universidad de Jujuy.
Los valores corresponden a un muestreo de 234 chicos de entre 5 y 12 años habitantes de este pueblo puneño en el que permanece abandonada -desde hace 25 años- la fundición “Metal Huasi”, que generó una montaña de escoria de metal de “unas 10 mil toneladas”, según Bovi Mitre.
La muestra también analizó casos de chicos habitantes del barrio 12 de octubre, construído sobre ese mismo material contaminante.
Ubicada a 1.880 kilómetros de la Capital Federal y a 3.484 metros sobre el nivel del mar, este pueblo fue epicentro de encendidas protestas de vecinos y comunidades originarias cercanas, que, alarmadas por varios casos de salud -algunos fatales- fueron a la justicia.
A la cabeza de los reclamos se puso la reconocida dirigente kolla Rosario Quispe, seguida de cerca por más de cien presidentes de comunidades puneñas que se manifestaron en contra de la minería a cielo abierto, a favor de procedimientos para el cuidado del medio ambiente y la participación en programas de gobierno.
“Acá no es sólo lo de Metal Huasi, es la basura, la cloaca, los carros atmosféricos que descargan a cielo abierto. Arruinaron las vidas de nuestros hijos que no pueden estudiar ni trabajar”, se indignó Quispe, quien en marzo pasado fue invitada a la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, para contar su experiencia de gestión comunitaria exitosa.
Como ejemplo de lo que marcan las estadísticas, están los casos concretos como el de Raúl García, habitante del barrio 12 de Octubre y que tiene cuatro hijos, uno de ellos de 16 años -que parecen 9- y que tiene 23,3 microgramos de plomo por cada decilitro de sangre y otro, de apenas un año, con una medida de 41,3 de plomo en sangre.
Otro caso es el de Domingo Tolaba, cuya hija Edith “tiene un osteosarcoma derivado de la contaminación con plomo”.
Tolaba junto a otros denunciantes se presentaron ante la Unidad Fiscal de Investigación en Materia Ambiental con sede en Tucumán, pero que tiene jurisdicción en todo el noroeste argentino.
“Los días que sopla viento norte nos cae encima la ceniza que se desprende de la escoria de metal, eso respiramos y eso se nos pega a la piel ¿cómo no vamos a estar envenenados?”, reflexionó Tolaba al relatar la vida cotidiana de unos 14 mil habitantes del pueblo puneño.
Bobi Mitre destacó que el estudio por contaminación en Abra Pampa se realizó a pedido del intendente del pueblo, Herman Zerpa, porque en 2004 durante una presentación en Buenos Aires, se detectó la plombenia en chicos y que en marzo del 2006 se retomaron los estudios con otras cuatro instituciones nacionales.
“Los límites máximos permitidos en Argentina son de 10 microgramos de plomo por decilitro de sangre pero hay países que bajaron esos límites”, detalló la investigadora al poner de relieve que la “literatura científica dice que a partir de cinco miligramos los niños tiene daño neuromadurativos”.
La investigadora agregó que actualmente completan, junto a un médico toxicólogo la evaluación de radiografías de huesos largos en las que se pueden ver los depósitos de plomo y que desde hace unos quince días “hacen pruebas neuroconductuales para evaluar si hay daño madurativo”.
Con ironía, García, que vive en el barrio 12 de octubre, entabló unos 30 juicios y ve que sus hijos presentan problemas de crecimiento, apetito y problemas en el desarrollo del coeficiente mental, se pregunta si Abra Pampa “está en la Argentina”. (Télam).-
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