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 sábado, 30 de junio de 2007  
Yo opino
Destino del viaje escolar

María Florencia Palau (*)

Comenzar el colegio fue para mí un desafío por demás de interesante. Aprender y aprehender conocimientos y amigos, me ayudaron a perseverar en los años donde las cosas se me hacían cada vez más difíciles.

Innumerables maestros, profesores, directivos y preceptores se cruzaron en mi camino y junto a sus guardapolvos blancos, tizas de colores, sucesivas libretas y charlas en las que nos daban lecciones de vida fui conociendo la realidad y creciendo como persona.

Hoy curso tercer año del polimodal. El viaje que significó mi educación está llegando a destino. Me quedan (y nos quedan) sólo cinco meses para disfrutar “quinto año”.

Pero ¿qué significa esto? Una muy buena pregunta, que si bien a simple vista tiene respuestas fáciles (“terminamos el cole”, “nos vamos a Bariloche”, “graduación”, etcétera.) me costó cuatro años darme cuenta que es mucho más grande de lo que creía el significado de terminar el secundario.

Llegar a tercero del polimodal es cerrar un ciclo fundamental y único en nuestra vida. Es dejar atrás esas chiquilinadas que acostumbramos a hacer en la adolescencia. Ahora esas travesuras se convertirán en buenas anécdotas.

También significa que nos encontramos preparados para “salir al mundo”. Es empezar a pensar: ¿qué quiero ser? ¿Qué voy a hacer de mi vida el año que viene? ¿Cuál será la carrera en la que mejor me podré desempeñar? ¿Debo seguir estudiando o me conviene trabajar? ¿Estudio lo que me gusta o lo que más plata me dé?

Son preguntas por demás de complicadas de responder, porque nadie más que nosotros le podemos dar una respuesta válida a estas cuestiones.

El abanico de posibilidades a la hora de elegir una profesión se hace cada vez más amplio. Si bien esto da cuenta de una gran ventaja se convierte en un dilema, pues muchas veces el hecho de elegir una profesión, y luego ver que no es lo que creíamos, nos atemoriza.

Esto sucede, y seguirá sucediendo, pues somos humanos, y “es de humanos equivocarse”. No sólo en la elección de un oficio iremos tropezando con diversos obstáculos que nos harán caer.

Lo único que nos queda por hacer es ponernos de pie, y seguir luchando “hacernos la vida”, porque cada uno, con el día a día, va construyendo su historia.

Es necesario informarnos, conocer, investigar, sólo así sabremos si estamos siguiendo el camino correcto. Siempre que exista la posibilidad, cada uno debería desarrollarse en su vocación, no en lo que más dinero le remunere, pues es el trabajo diario el que nos hace sentir realizados. Cuando nos desenvolvemos en algo que no nos place, llega un momento en el que la vida pierde sentido.

Desde muy chica supe que “lo mío” era escribir, informar, la tele, la radio, el diario; en fin, siempre me apasionó el periodismo. Hoy, en tercero polimodal, las pasantías me llevaron a conocer el diario, a ver cómo se trabaja en el mismo y hacer que cada día me encuentre más segura de qué es lo que quiero ser “cuando sea grande...”

(*)Tiene 17 años y es de Rosario.


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