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domingo,
24 de
junio de
2007 |
Para el DT salaíto, no merecían terminar de esta manera
La desazón en el vestuario de Argentino era más que evidente, pese a que todos los protagonistas mostraron una alta cuota de conformismo con el papel cumplido. Uno de los primeros en dejar el camarín salaíto fue el entrenador Jorge Díaz, quien señaló que su sensación era de “amargura y no de impotencia”. “Los chicos se jugaron enteros y no merecían irse de esta forma, especialmente por el gran esfuerzo que hicieron durante los 90 minutos. Obviamente esto te da mucha bronca”, advirtió.
A la hora de buscar alguna explicación sobre lo ocurrido, el DT señaló que la lesión de Inza (ver aparte) “pudo haber influido, ya que el Flaco es importante en el juego aéreo (el gol fue de cabeza y tras la ejecución de un córner). Creo que con su salida perdimos un jugador clave dentro del área”.
Ante la consulta de si como responsable del grupo le cabía algún reproche, el entrenador fue tajante en su declaración: “Al contrario, este grupo tiene que estar muy contento y ser consciente de hasta dónde llegó. De mi parte me siento orgulloso de haber tenido a estos jugadores porque lo que hicieron no es fácil. Me duele quedar eliminado y encima sobre la hora porque llegamos a esta instancia jugando bien y no de suerte”.
Como suele ocurrir en cada final de ciclo, el DT también debió responder sobre su continuidad, aunque en este punto pidió un poco de tiempo. “Vamos a ver, déjenme primero que pueda digerir esto”, dijo.
Con el final del partido, Jorge Díaz se acercó al árbitro Marcelo Azpiolea y de afuera se observó un cruce verbal. “Fui y le deseé suerte, pero hubo alguna palabra de él que no me gustó y por eso me pegué la vuelta”. Eso sí, no quiso mencionar cuáles fueron esas palabras. “No puedo decir lo que pasó porque tengo códigos”, enfatizó el entrenador albo luego del cotejo. l
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