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domingo,
24 de
junio de
2007 |
El adiós a Raggio
La despedida no fue la ideal, pero lejos estuvo de martirizar a Gustavo Raggio, quien ayer jugó su último partido como profesional. Con los ojos albergando algunas lágrimas, el defensor contó sus sensaciones pospartido. “Es duro y difícil de digerir, pero más complicado debe ser para los más jóvenes, quienes todavía no tomaron conciencia de la posibilidad que se les acaba de escapar “, contó el hoy ex jugador.
A todos les fue difícil contener el llanto tras el final y Raggio no fue la excepción, aunque esa angustia fue por el resultado y no por su frustrada despedida. “Yo me voy del fútbol como quiero porque lo hago sin que nadie me diga «andate, estás robando» teniendo en cuenta mi edad” (35 años).
“Me da mucha bronca y mucha angustia porque este grupo de jugadores se merecía otra cosa. Todos nos rompimos el culo para que esto tuviera un final feliz, pero quedamos a un pacito”, esgrimió Raggio, quien no dudó en afirmar que la de ayer fue “la frustración más grande de mi carrera por lo injusta que fue. Fue mi último partido y esto me va a costar digerirlo. Pero me voy con la cabeza bien alta”, concluyó.
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