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domingo,
24 de
junio de
2007 |
La agroindustria como modelo
La innovación aparece como la fórmula más acertada para el crecimiento y el desarrollo del sector agroindustrial, según explicaron los analistas que debatieron sobre el tema en el Precoloquio de Idea Centro, quienes partieron de un escenario inmejorable para el sector que en estos tiempos se enfrenta a los desafíos de dar un nuevo salto de competitividad, en este caso a partir del desarrollo de nuevas fuentes de energía.
En ese sentido, José Testa, presidente de Dupont Argentina, consideró que “hoy las oportunidades están en las fuentes renovables y ya no en la producción de materias primas a partir del petróleo”.
Una de las alternativas que está desarrollando la empresa —que se autodefine como una compañía de ciencia que integra a la química, la biología, la biotecnología y la genética— es el butanol, un biocombustible para el transporte diferente al etanol o la celulosa a partir de los desechos de algunas industrias como las madereras.
En tanto, Gustavo Oliverio, asesor y coordinador de proyectos de la Fundación Producir Conservando, trazó el panorama del sector productivo, plafón sobre el que se asientan los nuevos proyectos para el sector.
En rigor, con una capacidad de producción que mejora sustancialmente campaña a campaña y la innovación como herramienta, todo indica que el sector agroindustrial tiene muchas chances para avanzar en nuevos nichos de negocios.
Según el especialista, “llegar a las 94 millones de toneladas es un hecho pero producto de que el país pasó de ser productor de cereales a productor de oleaginosas” y con un exponencial crecimiento de los rindes.
“El sector pasará de exportar 11 mil millones de dólares a 21 mil millones de dólares si seguimos creciendo en área sembrada y en producción, y esto se logra dándole sustentabilidad al modelo con siembra directa y fertilización”, indicó Oliverio al tiempo que agregó que “para llegar a este objetivo quedan temas pendientes como resolver los problemas de infraestructura en caminos y trenes que hoy producen sobrecostos y pérdida de competitividad”.
En ese sentido, remarcó que “no alcanza sólo con la sustentabilidad del ambiente sino que es necesaria una sustentabilidad económica”.
A su turno, Juan Martín Rebolini, presidente de Agropuerto, desmitificó la antinomia de energía versus alimentos. El economista explicó que la demanda de energía genera una relación similar a la reducción de subsidios en al agricultura mundial y además consideró que es un muy buen complemento para la economía argentina.
De todos modos, advirtió que si bien la Argentina disfruta de los favorables términos de intercambio, tiene que estar preparada para “el shock de bionergía” cuando los precios vuelvan a su estado normal.
Bioenergía
En ese sentido, Rebolini consideró que la industria madurará alrededor del ciclo 2009/10, cuando se equilibre la producción. “La incorporación de tierras —en el este europeo hay 100 mil hectáreas disponibles— y la revolución tecnológica que continuará, van a lograr un equilibrio entre la oferta y la demanda y tenemos que estar preparados para eso”, advirtió.
El titular de la firma especializada Agropuerto indicó que hay que tener en cuenta la evolución de la producción de etanol y se preguntó por qué la Argentina no avanza en desarrollos en ese sentido.
“Algunos señalan que el país no podría competir con Estados Unidos pero aquí existe una gran oportunidad para desarrollar este negocio en el norte del país”, dijo e indicó que las investigaciones en biomasa avanzan y la generación de energía a partir de residuos industriales o basura es un terreno a explorar.
Todas oportunidades y desafíos a partir de la innovación tecnológica.
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Fotos
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Empresarios reunidos en Idea coincidieron en que la innovación permitirá sustentar el crecimiento.
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