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viernes,
25 de
mayo de
2007 |
La congestión del tránsito sumó un
ingrediente con la repavimentación
El recorrido de los ómnibus se complicó. Cortaron dos calles clave para salir del centro
"Hay gente que no acepta una molestia", razonaron ayer los agentes municipales que supervisaban la reparación de los calles céntricas afectadas por las últimas lluvias. Automovilistas, colectiveros y cadetes tuvieron que desviar sus recorridos habituales para sortear las calles cortadas por los arreglos. Pero la modificación, a pesar de ser necesaria, trajo mal humor, reclamos airados, cataratas de groserías y bocinazos. Hubo quejas de comerciantes y una pregunta: ¿por qué trabajan al mismo tiempo en dos calles próximas que sacan el tránsito del centro?
"Se tuvo el cuidado de que no fuera en el mismo tramo", dijo el titular de Obras Públicas, José León Garibay, con respecto a la observación de haber involucrado en forma simultánea a Santa Fe y San Juan en las reparaciones. Además descartó otra de las sugerencias de los transeúntes. "De noche hay más riesgos en el trabajo, por eso no lo hacemos en ese horario", explicó el funcionario.
Las calles afectadas ayer fueron Santa Fe, desde Oroño a Ovidio Lagos, Salta, desde Moreno a España y San Juan, desde Presidente Roca a bulevar Oroño. Allí trabajaron las empresas Obring y Rovial en el retiro del asfalto deteriorado (fresado) y ejecución de una nueva carpeta. Los arreglos comenzaron en la tarde del miércoles, incluyeron la jornada de ayer y continuarán hoy.
En el marco de los trabajos, la intersección de Córdoba y Alvear fue uno de los puntos más trabados para la circulación. "No entendemos por qué cortaron Alvear", enfatizó Claudio Capriotti, quien cerca del mediodía aún no había visto entrar a ningún vehículo a su playa de estacionamiento. Algo similar le sucedió a Guillermo, quien no atendió a ningún cliente en su lavandería. "Deberían haber avisado que hoy iba a estar cortado", dijeron a dúo.
"La gente estaba informada", señalaron en tanto en la Dirección de Tránsito Municipal. A media mañana, dos inspectoras trataban de armonizar lo imposible: densas hileras de autos, ómnibus, camionetas y motos que confluían bajo el semáforo de esa esquina.
Las agentes destacaron que el embotellamiento se forma a pesar de que dos cuadras antes hay carteles que anuncian los desvíos. "La gente sigue igual y después presiona y se queja", relataron.
"Si hay problemas los días comunes frente a la escuela, imagine hoy", enfatizaron y señalaron una institución escolar cercana donde los autos tienen por costumbre estacionar en doble o triple fila. Para las inspectoras la tarea que tenían a su cargo no era sencilla. "Nos gritan cosas y nos dicen que por qué no lo hacen en los barrios", relataron.
"Hay gente que se alegra por la obra y otra que lo toma a mal. Ayer desde un departamento nos gritaban que esto no servía, cuando se está haciendo un trabajo correcto", explicaron Luis Petteca y Norberto Domínguez, inspectores municipales encargados del control de la obra sobre calle Santa Fe. Y aseguraron que no son pocos los momentos difíciles que les toca pasar por la falta de paciencia de algunos automovilistas.
"Es increíble que no puedan esperar o aceptar que deben desviar", aseguraron y a modo de ejemplo relataron que algunos automovilistas se cuelan detrás de los troles, que están habilitados para circular. El plan de reparaciones, que tiene un tiempo estimado de tres meses, incluye 150 cuadras del macrocentro y un ritmo de trabajo de seis calles semanales.
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Fotos
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La esquina de Alvear y Córdoba fue uno de los puntos más críticos.
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