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 domingo, 13 de mayo de 2007  
Musicoterapia
Cómo fortalecer el vínculo entre padres e hijos

Florencia O´Keeffe / La Capital

¿Pueden comunicarse la mamá y el papá con su bebé antes del nacimiento? ¿Cuánto colabora la música en la construcción de una relación tan intensa como la de padres e hijos? ¿Es cierto que los bebés que fueron estimulados desde el vientre materno tienen menos problemas de conducta? Estas son algunas de las preguntas que el ingeniero en sonido y musicoterapeuta Ezio Magliano se propuso responder después de décadas de trabajo con embarazadas. Gracias a estudios que promovió en Europa y que incluyeron cientos de experiencias, el especialistas italiano hoy está en condiciones de afirmar que “la comunicación musical gesta niños más sanos”. En rigor, una investigación que inició en el año 99 arrojó como resultado que los niños cuyas madres practicaron la musicoterapia durante el embarazo tienen entre un 30 ó 40% menos de posibilidades de sufrir trastornos de conducta en la etapa escolar.

   Pero esa no es la única ventaja de esta práctica ampliamente difundida en países como Italia, Bélgica y Francia en el ámbito de la salud pública y que está haciendo sus primeros pasos en Latinoamérica. Magliano explica que si a partir de la semana 26 de gestación la madre y su pareja hacen escuchar a su bebé una melodía determinada, la misma servirá para traerle sosiego y alegría una vez que haya nacido. “Está comprobado que los niños pequeños que disfrutaron de la música en la panza de su mamá, dejan de quejarse o de llorar cuando vuelven a sentir esa melodía. Es más, son niños que duermen bien de noche, un tema que preocupa mucho a los padres durante los primeros meses”, relata.

  

El momento oportuno

 Iniciar la práctica de la musicoterapia en la semana 26 del embarazo no es antojadizo. Es en ese momento de la vida intrauterina que el bebé logra captar claramente los sonidos. “El oído es el primer y último órgano humano que se desarrolla, por eso es un dato que no debemos pasar por alto”, destaca Magliano.

   Pruebas científicas realizadas en Europa, según relató Magliano, demostraron que a partir del sexto o séptimo mes de gestación, cuando el bebé “escucha” música, coloca sus manos, las plantas de sus pies y sus labios en dirección a ese sonido, como tratando de apoderarse de él.

   “La mamá y también el padre del niño, deben decirle a su bebé, con voz clara: «ahora vamos a escuchar música», y poner la melodía que entre ambos hayan elegido. De esa manera, el bebé que está en la panza reconocerá las vibraciones de la voz de los padres y sabrá, una vez que haya nacido, reconocer ese momento especial. La música genera una respuesta increíble”, manifestó Magliano..

¿Hay que ofrecerle una determinada música? El especialista dice que no hay prohibiciones pero que es necesario que los padres, o la madre (en el caso de que no esté en pareja), seleccionen temas musicales que inviten al reláx.



Superar dificultades

  La musicoterapia es una disciplina que nació hace unos 50 años y que se utiliza como recurso terapéutico para mejorar distintos problemas de salud. Debe ser guiada por especialistas ya que necesita de un proceso sistematizado para que sea efectiva. En la Argentina está teniendo cada vez más aceptación y ya hay generaciones de egresados de las escuelas de musicoterapia de todo el país. Magliaro comenta que “afortunadamente en ciudades como Santa Fe, Córdoba, Santiago del Estero y otras del sur argentino, hay un movimiento importante de gente que imparte esta disciplina con profesionalismo”. Además se está utilizando en servicios de neonatología para mejorar el estado de ánimo y la salud de los chiquitos internados.

   “Lo ideal sería que cada bebé tuviera acceso a una música personal y particular elegida por sus padres y no que se les haga escuchar la que eligen en la neo”, dice, y agrega: “Con todos los recursos tecnológicos que existen se podrían grabar las voces, los sonidos de la casa o una melodía, para que cada bebé en su incubadora se vaya adaptando a lo que escuchará cuando salga”.

   “La música es un vehículo de comunicación único. Es el reflejo del estado anímico, porque los sonidos a los que estamos expuestos nos producen diversas vibraciones e influyen en nuestras emociones. Ojalá todas las madres lo comprendan y la utilicen como el mejor camino para llegar al corazón de sus hijos”, afirma el musicoterapeuta.
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Magliaro en plena actividad durante el curso en Rosario.

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