Año CXXXVII Nº 49471
La Ciudad
Política
Información Gral
El Mundo
Opinión
La Región
Policiales
Cartas de lectores



suplementos
Escenario
Economía
Ovación
Señales
Turismo
Mujer


suplementos
ediciones anteriores
Turismo 06/05
Mujer 06/05
Economía 06/05
Señales 06/05
Educación 05/05
Página Solidaria 25/04
Salud 18/04
Estilo 07/04

contacto
servicios
Institucional

 domingo, 13 de mayo de 2007  
"Diego, del psiquiátrico al loquero"

Es increíble: Maradona sale del neuropsiquiátrico y se mete en el loquero. Una vez más. Como en aquella noche patética cuando visitó a Susana, sudaba excitado como un enfermo de fiebre amarilla o un caballo en celos, y la diva, encima, tratándolo como a un imbécil. Ahora, no debe haber sido fácil para el 10 salir del silencio de la habitación penumbrosa e ingresar en la luz blanquísima del piso, bajo los gritos atronadores e inexplicables de Marcelo Tinelli. Como si Leonard Cohen después de tantos años de estar encerrado en el monasterio zen sobre la punta de una montaña californiana, entrara en el frívolo brillo del "The Oprah Winflrey Show". Pero no todo lo que brilla es envidia. Aquí, en esta TV argentina de hoy, los sentimientos son sinceros y profundos como un pozo ciego. Si hasta Susana y Marcelo volvieron a pelearse para ver quién ganaba la pulseada de ser el anfitrión y mejor amigo de Diego. A ver quién lo quería un poco más. Esta vez ganó Marcelo porque, dicen los que saben, lo que Diego tenía para decir eran cosas para charlar entre hombres. Volver a la vida, después de que lo dieran por muerto, era un tema que sólo podía hablar con el país todo a través de Marcelo, un tipo sensible y sabio como pocos. Además "ShowMatch" es el programa ideal para profundizar sobre cuestiones de la vida y la muerte. Por ejemplo, Woody Allen moriría por dialogar con Marcelo, entre papelitos picados y chicas con la vestimenta de la Muerte tipo "La última noche de Boris Grushenko" pero con la cola al aire. Lo cierto es que para el 10 debe ser impresionante tener tantos amigos en la tele. Sobre todo Marcelo, que mima como a un hijo único al "Diego de la gente"; lo consiente de puro gomía. En fin, cualquier hijo de vecino puede agarrarse una borrachera, pero de ahí a ser alcohólico. "Quien no tiene amigos no es nada", dijo el propio Diego ante la bocaza abierta de Marcelo. Y por último, confesó lo mejor de la noche: dijo que ya no se ve jugando showball, que se ve viejito y yendo a vivir al campo, con caballos, tranquilo, en soledad. Ojalá lo cumpla. En serio.
enviar nota por e-mail
contacto
Búsqueda avanzada Archivo



  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados