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domingo,
11 de
febrero de
2007 |
Mercados
Inflación y tasas, las nuevas amenazas del mercado mundial
La política de acumulación de reservas aleja el temor a una crisis financiera
Salvador Di Stefano
Desde mediados de los años 90 en adelante, el mundo vive pendiente de la posibilidad concreta de que una crisis financiera en alguna parte del mundo entorpezca el normal funcionamiento de una economía. Se puede enumerar el efecto tequila, la crisis del sudeste asiático, la cesación de pagos en Rusia, la devaluación del real y, por último, el default argentino.
En el transcurso de estas crisis el rol del Fondo Monetario Internacional (FMI) fue cambiando. En las primeras apoyó la salida con dinero y megapréstamos internacionales. En Argentina, brilló por su ausencia. Esto dio lugar a que los países afectados por las crisis financieras dejaran de ver en el organismo financiero internacional a su prestamista de última instancia.
Colchón internacional
En este marco todos los países que pasaron por crisis de desfinanciamiento, adoptaron como políticas precautorias cancelar la deuda con el Fondo Monetario Internacional y acumular reservas para enfrentar shocks externos. Es así como en el mapa mundial, los países desarrollados con capacidad para salir a buscar crédito mantienen estable su nivel de reservas en los últimos años. Mientras que los países emergentes muestran en los últimos años un engrosamiento de sus niveles de reserva, producto del superávit fiscal y comercial.
Es en este marco donde países como China ya tiene en sus arcas un billón de dólares de reservas, prácticamente una vez el total de exportaciones e importaciones. Esta acumulación tiene miradas múltiples. Por un lado necesita contar con un caudal de reservas importantes para poder enfrentar un eventual shock externo, pero por otro lado también necesita financiar el déficit americano, ya que los productos que vende a escala mundial tienen como destino dicho país y le es altamente necesario que su economía no se deprima.
Si todos los países emergentes tienen un alto stock de reservas, superávit fiscal y comercial, en principio que no se avizora en el horizonte la posibilidad de una crisis financiera. Pero surgen otras amenazas nuevas y desconocidas: la inflación y la tasa de interés.
Mientras que los países emergentes muestran en su mayoría las cuentas publicas superavitarias, Estados Unidos que representa el 33 por ciento de la economía mundial, tiene un déficit fiscal y comercial equivalente al 7 por ciento del Producto Bruto Interno. Esto implica que estamos ante un escenario de mayor probabilidad de devaluación del dólar contra el resto de las monedas mundiales, y en especial con el mundo emergente.
Los interrogantes
En este contexto de devaluación del dólar, suba de los productos primarios, incremento en el superávit de balanza comercial y fiscal de los países emergentes, aumento de las reservas en forma ilimitada, aparecen nuevos interrogantes en el mundo emergente.
En primer lugar ¿hasta dónde se lleva adelante la política de acumulación de reservas? ¿Cuál es el nivel de reservas óptimo de una economía? ¿Por qué atesorar en las reservas el equivalente a un presupuesto o una vez el comercio internacional cuando los países emergentes tienen fuertes déficit sociales y la pobreza es muy elevada?
En segundo lugar, la política de acumulación de reservas obliga a los países emergentes a emitir una gran cantidad de dinero sin respaldo, lo que hace que más tarde o más temprano el deslizamiento de precios o una inflación creciente aparezca como amenaza al mencionado crecimiento.
En tercer lugar, la acumulación de reservas en moneda americana obliga a un proceso de endeudamiento en moneda doméstica, lo que implica una suba en la tasa de interés.
Argentina no esta exenta de este nuevo paradigma, nuestras reservas ya representan una vez nuestras exportaciones y casi un presupuesto federal, sin embargo el gobierno nacional sigue en su política incansable de acumular dólares. La compra de dólares en el mercado se realiza contra emisión monetaria lo que produce un incremento en la inflación.
En la mayoría de los casos los pesos de más emitidos se retiran del mercado vía endeudamiento en letras o notas del Banco Central República Argentina que termina impulsando a la suba la tasa de interés.
Revaluación en camino
En conclusión, entre los problemas del mundo, hoy no esta la posibilidad de una crisis financiera. No hay posibilidades de una devaluación de las monedas de los países emergentes.
El flagelo de la inflación y la suba de tasa de interés en el ámbito mundial aparecen como los dos principales desafíos a resolver, siendo una gran amenaza para el mundo. Argentina no queda al márgen de estos problemas, por ende luce poco apropiado seguir acumulando dólares, y aparece en el horizonte la inflación que deteriora la capacidad de compra del peso.
En este escenario inflacionario tener mercaderías es la clave, esto implica comprar acciones de empresas con alto stock.
Por ende, parecería que las acciones son el camino apropiado. Por eso decimos que el índice merval puede terminar el año en los 2.700 puntos, aunque en febrero haya una toma de ganancias que nos permita ingresar a precios más bajos que los actuales.
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