Un impuesto al trabajo

El impuesto a las ganancias en la cuarta categoría, la que corresponde a los que trabajan en relación de dependencia, es un verdadero impuesto al trabajo, de origen provisorio hace muchos años y reafirmado permanentemente por el Congreso. Sin embargo, es constitucionalmente injusto ya que no todos los ciudadanos están sujetos a su imposición. Véase si no el caso de los jueces que preservan la integridad de sus haberes no pagando dicho impuesto. ¿O será que realmente no trabajan? ¿Y qué pasa con los jubilados? No fue suficiente pagar todos los meses cuando era activo, sino que también debo sufrir el descuento compulsivo de mi haber jubilatorio que ni por asomo guarda relación con mi anterior situación económica, cuando trabajaba. Entiendo que este rubro (ganancias, cuarta categoría) es una muy buena fuente de ingresos para el gobierno que se ufana de la recaudación impositiva, pero también entiendo que existe una suerte de inequidad sobre los afectados, principalmente los jubilados que ya no están en relación de dependencia sino que son pasivos que debieran recibir el equivalente de su haber activo. Pero el gobierno se ocupa solamente de aquellos que reciben la jubilación mínima, sin analizar si alguna vez aportaron o cuánto aportaron durante su vida activa. En una palabra, tratan de achatar la pirámide sin mirar alrededor en su propio esquema salarial. Ya es hora de que el gobierno si realmente quiere hacer justicia social se ponga las pilas y corrija las desigualdades que estoy mencionando. Me parece fantástico que ayude a los de menores ingresos, pero no hay que olvidar a los que siempre tuvieron ingresos altos y hoy perciben una jubilación de lástima que no les permite seguir viviendo como cuando eran activos, que esa es la finalidad del porcentaje jubilatorio.

Juan J. Schimmel (Villa Constitución), LE 5.972.794

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