Año CXXXVII Nº 49354
La Ciudad
Política
Información Gral
Opinión
El Mundo
La Región
Policiales
Cartas de lectores



suplementos
Ovación
Turismo
Mujer
Economía
Escenario
Señales


suplementos
ediciones anteriores
Turismo 07/01
Mujer 07/01
Economía 07/01
Señales 07/01
Educación 30/12
La Escuela en Foco 30/12
Autos 28/12
Salud 27/12
Página Solidaria 27/12
Estilo 16/12

contacto
servicios
Institucional

 domingo, 14 de enero de 2007  
En verano, los chicos comen mal
Lo reconocen los médicos y los propios adolescentes. Toman poco líquido y abusan de la comida chatarra

Florencia O'Keeffe / La Capital

Se despiertan al mediodía. Saltean el desayuno. Almuerzan rápido para llegar temprano al club o a la casa de algún amigo. Picotean galletitas y cosas saladas durante la tarde, y a la noche, se dan una panzada de pizzas, panchos o hamburguesas. La alimentación de los adolescentes de clase media empeora en verano si se la compara con la ingesta durante el período escolar.

"Tenemos menos control durante las comidas porque nos levantamos y acostamos a cualquier hora, y casi nunca almorzamos o cenamos con nuestros padres. ¿Qué como? Lo que encuentro... puede ser algo para armarme un sándwich, ñoquis, alguna empanada; a la tarde, si me acuerdo, un alfajor, galletitas y una coca", dice Martina, de 17 años.

¿Debería ser un tema de preocupación paterna? Los especialistas en nutrición dicen que un chico sano que durante el resto del año tiene una alimentación balanceada no sufrirá graves problemas por los desórdenes típicos de la época estival, sin embargo, sostienen que los malos hábitos alimentarios, a la larga, son el disparador de serios trastornos de salud.

En tanto, destacan los riesgos inmediatos que pueden generar en el organismo los ayunos prolongados cuando hace calor, la casi inexistente presencia de frutas y verduras en la dieta diaria, la falta de consumo de agua y el abuso de azúcares, especialmente los provenientes de las gaseosas. Desgano, bajones de presión, dolores de cabeza, se anotan en la lista de complicaciones vinculadas a la mala alimentación.


Cuestión de hábitos
El chico argentino de clase media no tiene el hábito de desayunar ni de comer frutas y verduras a diario ingiere en exceso grasas de mala calidad y por lo general come solo sin la presencia de adultos Esto en verano se acentúa explicó Ramiro Amato pediatra especialista en adolescentes

Las malas costumbres en relación a la comida se arrastran desde la infancia, asegura el especialista. Amato dice que es fundamental la dedicación de los padres en la educación alimentaria. "Estar atento respecto de la alimentación de los hijos evitará chicos obesos, mal nutridos y con problemas futuros como hipercolesterolemia, trastornos cardíacos y diabetes", asevera.

María Irene Bock, del Centro de Estudios sobre Nutrición Infantil (Cesni), dijo que la alimentación de los adolescentes en verano debería ser un tema de preocupación de los padres. Puntualizó que en esta etapa crítica de crecimiento los chicos no deberían saltearse comidas, que la hidratación es clave antes, durante y después de realizar un deporte, o simplemente por estar toda la tarde entrando y saliendo de la pileta.

"Es conveniente que tomen agua, jugos de frutas naturales, licuados con agua o leche. Deberían evitar el consumo de gaseosas o jugos artificiales que aportan calorías sin aportar nutrientes", sostuvo Bock.

Amato, por su parte, destaca: "Es un mito que hay que salar más las comidas cuando hace calor. Se requieren las mismas cantidades que durante el resto del año".

Amato sugiere incluir en la dieta estival de los chicos hidratos de carbono (pan, fideos y otras pastas), frutas y verduras de estación, leche, carnes magras y más líquido que en invierno.
enviar nota por e-mail
contacto
Búsqueda avanzada Archivo


Ampliar FotoFotos
Ampliar Foto
Gonzalo: "Desayuno a las 13.30, y después como lo que puedo".

Notas Relacionadas
Después de quince días a fideos y panchos

Recomendado



  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados