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| domingo,
14 de
enero de
2007 |
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Charlas en el Café del Bajo
-Por eso dice San Pablo, y siguiendo con el tema de ayer: "Todo me está permitido, pero no todo me es conveniente". ¿Cómo debe entenderse esta cita tan profunda? No sólo debe circunscribirse al planteo religioso que tiene que ver con el pecado y la salvación del alma. Hacer esta lectura es insuficiente. Leo a San Pablo de esta otra forma: "No porque sea permitido o no cuestionado e incluso apropiado para algunos es necesariamente bueno. Por eso lo que para mí está permitido puede no serme conveniente y aún más: puede que sea aceptable, razonable, conveniente y bueno para mí, pero que no sea conveniente para el prójimo". Se sabe perfectamente que el ser humano no es una isla, un ser "a-isla-do" cuyas acciones sólo influirán en sí mismo. De ningún modo. Todo cuanto se piense, exprese o haga, aun cuando sea de carácter estrictamente íntimo, influye en algún grado en el conjunto, esta es la ley que rige a todo el universo. Y esta ley es notoria en la vida de relación entre dos o más personas. Cuanto más estrecha la relación, más vívida esta ley. Y este principio es todavía más manifiesto cuando uno del grupo pone el acento en el plano espiritual. Porque lo que se plantea como bueno o malo, dañoso o no, desde un punto de vista común y racional, puede que no tenga nada que ver con la visión de la persona que busca la verdad y mira desde otro plano como el espiritual. Aquí entra en juego otra cuestión.
-¿Cuál?
-Lo que para Juan, que vive y observa la existencia desde un punto, es absolutamente lógico y aceptable, no es nada normal, para Laura, que mira la vida y la "vive" desde otro punto. Ese punto puede ser más alto, o más bajo, no importa, el caso es que es otro punto y entonces la perspectiva no es la misma. Un ejemplo burdo: lo que se ve desde un octavo piso no es lo mismo que lo que se ve desde el subsuelo. ¿Pedirle al del octavo que baje? ¿Pedirle al del subsuelo que suba? Aun cuando se quiera y se desee fervientemente no siempre ello es posible. Otro ejemplo: un vaso de vino para el que está sano es muy bueno y placentero, pero si se lo damos a un alcohólico que está luchando por salir de su adicción es de lo peor. Por eso la historia del ser humano es no sólo la historia del bien y del mal, sino de la comprensión, del entendimiento del otro. Sino advertimos donde está el otro y qué padece, jamás sabremos si le hacemos bien o si le hacemos mal, si lo ayudamos a vivir o si lo ayudamos a morir. Me despido con esta breve historia, de la que fui testigo hace unos días: un señor llama por teléfono a un amigo y sin más le recrimina, con cierto enfado, una falta cometida, no le había devuelto un objeto en tiempo y forma. Del otro lado de la línea la voz responde: "Disculpame, estoy internado porque me han descubierto un tumor maligno". No quiero ser dramático, no, sólo persigo el deseo, al menos, de que todos logren un poco de paz, pero pregunto: ¿Cuántas personas están muriendo a nuestro alrededor de una forma u otra y no sólo que no lo advertimos, sino que las cuestionamos y esperamos más de ellas? Bueno Inocencio, son las cinco de la mañana de un instante en la eternidad (!extraña hora de escribir una columna!) vamos a dormir un poco.
Candi II
-Por eso dice San Pablo, y siguiendo con el tema de ayer: "Todo me está permitido, pero no todo me es conveniente". ¿Cómo debe entenderse esta cita tan profunda? No sólo debe circunscribirse al planteo religioso que tiene que ver con el pecado y la salvación del alma. Hacer esta lectura es insuficiente. Leo a San Pablo de esta otra forma: "No porque sea permitido o no cuestionado e incluso apropiado para algunos es necesariamente bueno. Por eso lo que para mí está permitido puede no serme conveniente y aún más: puede que sea aceptable, razonable, conveniente y bueno para mí, pero que no sea conveniente para el prójimo". Se sabe perfectamente que el ser humano no es una isla, un ser "a-isla-do" cuyas acciones sólo influirán en sí mismo. De ningún modo. Todo cuanto se piense, exprese o haga, aun cuando sea de carácter estrictamente íntimo, influye en algún grado en el conjunto, esta es la ley que rige a todo el universo. Y esta ley es notoria en la vida de relación entre dos o más personas. Cuanto más estrecha la relación, más vívida esta ley. Y este principio es todavía más manifiesto cuando uno del grupo pone el acento en el plano espiritual. Porque lo que se plantea como bueno o malo, dañoso o no, desde un punto de vista común y racional, puede que no tenga nada que ver con la visión de la persona que busca la verdad y mira desde otro plano como el espiritual. Aquí entra en juego otra cuestión.
-¿Cuál?
-Lo que para Juan, que vive y observa la existencia desde un punto, es absolutamente lógico y aceptable, no es nada normal, para Laura, que mira la vida y la "vive" desde otro punto. Ese punto puede ser más alto, o más bajo, no importa, el caso es que es otro punto y entonces la perspectiva no es la misma. Un ejemplo burdo: lo que se ve desde un octavo piso no es lo mismo que lo que se ve desde el subsuelo. ¿Pedirle al del octavo que baje? ¿Pedirle al del subsuelo que suba? Aun cuando se quiera y se desee fervientemente no siempre ello es posible. Otro ejemplo: un vaso de vino para el que está sano es muy bueno y placentero, pero si se lo damos a un alcohólico que está luchando por salir de su adicción es de lo peor. Por eso la historia del ser humano es no sólo la historia del bien y del mal, sino de la comprensión, del entendimiento del otro. Sino advertimos donde está el otro y qué padece, jamás sabremos si le hacemos bien o si le hacemos mal, si lo ayudamos a vivir o si lo ayudamos a morir. Me despido con esta breve historia, de la que fui testigo hace unos días: un señor llama por teléfono a un amigo y sin más le recrimina, con cierto enfado, una falta cometida, no le había devuelto un objeto en tiempo y forma. Del otro lado de la línea la voz responde: "Disculpame, estoy internado porque me han descubierto un tumor maligno". No quiero ser dramático, no, sólo persigo el deseo, al menos, de que todos logren un poco de paz, pero pregunto: ¿Cuántas personas están muriendo a nuestro alrededor de una forma u otra y no sólo que no lo advertimos, sino que las cuestionamos y esperamos más de ellas? Bueno Inocencio, son las cinco de la mañana de un instante en la eternidad (!extraña hora de escribir una columna!) vamos a dormir un poco.
Candi II |
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| ¿Cree que Rosario ya es una ciudad turística?
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"Basta de montar obras de teatro para distraernos de los problemas que hoy no se están resolviendo"
Roberto Lavagna
Ex ministro de Economía y candidato presidencial
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