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 domingo, 07 de enero de 2007  
Espectacular avance en nefrología
En el hospital Centenario se hicieron dos ablaciones de riñón por medio de laparoscopía

Eduardo Segarra recibió el 12 de diciembre pasado un riñón de su esposa María del Carmen Lencina. La extracción del órgano se realizó por laparoscopía, una técnica quirúrgica que le permitió a la donante dejar el Hospital Provincial del Centenario, donde se practicó la intervención, a las 48 horas.

Ese fue el segundo trasplante de riñón mediante esta técnica quirúrgica que se realizó en un efector público del país.

A un mes de la intervención, María del Carmen afirma que el trasplante le cambió la vida a toda la familia. "Mi marido tenía problemas de presión alta, cansancio, dolores de cabeza y malestar general. Como somos de Casilda, los médicos lo derivaron a Rosario y acá descubrieron que tenía insuficiencia renal. Comenzó con diálisis de un día para el otro, de urgencia", relata.

"Fue un golpe durísimo para nuestra familia, pero ahora, ya estamos empezando a ver los resultados y estamos felices", comentó a La Capital.


Un calvario
Durante un año y medio Eduardo se sometió a sesiones de diálisis tres veces por semana hasta que surgió la posibilidad del trasplante

"Un hermano de mi marido se hizo los estudios de compatibilidad pero a último momento no se animó a operarse; yo insistí desde el principio con que quería ser la donante, pero era casi un milagro que fuese compatible. Gracias a Dios los estudios confirmaron la posibilidad", cuenta María del Carmen.

María del Carmen recuerda que la operaron un martes y el jueves a la noche ya estaba cuidando a su esposo. El alta precoz fue posible gracias a la técnica laparoscópica utilizada para la extracción del riñón. "No tuve dolores, me recuperé rápidamente y durante las semanas posteriores al trasplante viajé casi a diario en ómnibus desde mi casa hasta el hospital para estar con mi esposo", precisó.

Con la laparoscopía, la alimentación y la deambulación del donante son más precoces, y el impacto cosmético y estético es mucho más favorable porque se trata de mínimas incisiones contra incisiones de más de 20 centímetros.
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María del Carmen Lencina y su esposo Eduardo Segarra, luego de la operación.

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