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domingo,
24 de
diciembre de
2006 |
Panorama político
El gran dilema radical
Mauricio Maronna / La Capital
Hermes Binner logró que los radicales santafesinos transiten el quinto aniversario del Diciembre Negro jugando el juego que más les gusta: la interna.
Ahora aderezado por la posibilidad cierta de desplazar al justicialismo del poder tras más de dos décadas de sentarse en la vereda de la oposición. Pero, detrás de las puestas en escena y de la nominación de Griselda Tessio como candidata a vicegobernadora por parte de un sector interno, la UCR corre un severo riesgo de fractura, fantasma hoy tapado por la gigantesca sábana del reparto de cargos futuros y el eventual acceso al poder.
Binner, quien tiene a Antonio Bonfatti (¿nace el Grupo Bobi?) de principal escudero, ha comenzado la ofensiva final sobre el atomizado partido de Alem que se jacta de tener una capilla o, al menos, un cura en cada pueblo.
"Ellos tendrán al párroco pero el obispo es nuestro", sintetizó un eterno operador del PS, que, en los últimos días ha preferido el bajo perfil mediático.
Navegar en las profundidades de la interna radical es una tarea que le hubiera costado hasta al mítico Jackes Yves Cousteau.
En la madrugada del viernes, luego de que los autodenominados "rebeldes" se rindieran ante todos los pedidos del socialismo, cambiaran una vez más (y van...) la mesa de enlace y proclamaran a Tessio, dirigentes territoriales del sur provincial dijeron a La Capital que el PS, además de imponerles las condiciones conocidas, estaban "plantando" candidatos en municipios y comunas y "caminando a delegados a la convención".
Y fueron más allá: "Hay quintacolumnas que se olvidaron de la UCR y pasaron a ser peones de Binner a cambio de lugares importantes en la Legislatura. Pero lo más grave es que algún socialista ya se autoproclama como presidente de la Cámara de Diputados. Mire, la diferencia con el justicialismo va a ser de 40 mil votos. A favor nuestro si hacemos las cosas bien y se respeta la institucionalidad radical, pero será a favor del PJ si el partido se rompe. Podemos bancarnos que la candidata a vice no sea afiliada, que no nos den espacios expectantes en las nóminas... Pero que no intenten que les regalemos la llave de la UCR ni busquen coparnos la parada en las municipalidades y comunas que gobernamos".
Según las fuentes (que dicen representar a los departamentos General López, Caseros, Belgrano, Iriondo, San Lorenzo, San Jerónimo, San Justo y Garay), quienes se reunieron el jueves en Santa Fe solamente suman "cuatro o cinco delegados, cuando se necesitan 10 para tener mayoría en un plenario orgánico y para la convención pueden tener de 10 a 12 dirigentes cuando el número total es de 60".
¿Será que los postulados del Grupo Mimí (Felipe Michlig y Juan Carlos Millet) tienen ahora más comprensión adentro de las filas radicales o que, finalmente, todos dirán saludo uno, saludo dos y harán acto de presencia a fines de diciembre cuando quede formalmente constituido el Frente Progresista? ¿Estará allí María del Carmen Alarcón, la pata peronista del espacio encabezado por Binner?
Las preguntas son, por ahora, cuantitativamente más relevantes que las respuestas. También más sencillas de entender para el lector desapasionado que, frenéticamente, debe lidiar con la numerología y la mezcla cromática de la interna (los celestes no son tan celestes, los verdes no tan verdes y los amarillos vaya a saber en qué espacio de la paleta se han acurrucado).
"¿De qué se quejan tanto esos radicales si en el 2003 tuvieron que ir bajo el paraguas de nuestro partido (PS) porque nadie quería saber nada con su sigla por el efecto De la Rúa? Ustedes escribieron más de una vez que el Jordán quedaba chico con tantos menemistas y duhaldistas que nadaban hacia la orilla de Kirchner. Bueno, eso pasa ahora con Binner, todos quieren estar con él", desafían desde el campo socialista, sabedores de que hoy cotizan más alto que la cintura de Carla Conte.
Apartándose del microclima de rosca permanente que envuelve las negociaciones, dos datos saltan a la superficie: Binner parece haber logrado sus objetivos de mínima y de máxima: comenzó expresando su "deseo" de que el número dos "sea de la ciudad de Santa Fe, y si es mujer, mejor". Luego, preparó el escenario mediático para que un periodista le preguntara en una radio por Griselda Tessio. Habló maravillas de la fiscal. Los radicales se juramentaron ponerle una barrera, pero eso está por verse.
"Vamos a cambiar al candidato, aunque (Carlos) Fascendini deberá tener una salida honorable y jamás vamos a permitir que no sea una mujer con prosapia, militancia y pertenencia partidaria", decían casi todos. Hoy, la fiscal aparece en lo más alto del firmamento, será la candidata a menos que diga "no" y Fascendini abandonó a quienes lo respaldaron para abrazarse con sus verdugos.
"Vienen por el partido, esto es la reedición del 2003 cuando en forma inconsulta los mismos actores pusieron a (Miguel) Paulón en la fórmula. Si logran que los radicales nos comamos el caramelo, y Binner es gobernador, nuestros intendentes, presidentes de comuna y concejales serán más binneristas que correligionarios. Y si se pierde, la UCR quedará doblada y rota. Si el socialismo únicamente gobierna Rosario, el 90% de los candidatos para los cargos locales deberá ser nuestro. Pero ellos avanzan donde se ganó en el 2005. Y si no hay socialistas los inventan. La verdad, la cooptación de Kirchner, en comparación con lo de estos muchachos, es un poroto", hace catarsis el cuadro político más aventajado del centenario partido.
Desde esa lógica, la misma fuente recuerda "los códigos de (Guillermo) Estévez Boero, quien privilegiaba la identidad partidaria a la hora de conformar un frente. Hasta (Horacio) Usandizaga tenía esa manera de actuar".
Así está el Frente Progresista, que comete desprolijidades, pone el carro delante de los caballos y no saca a la luz propuestas alternativas que superen el consignismo para destronar al peronismo. Cuenta con la enorme ventaja comparativa que ofrece hoy el partido de gobierno, corrido por burdas ofensivas mediáticas, encuestas de dudoso origen (como el 99.9% de los sondeos) y ausencia de unidad en la acción.
La intención del socialismo es cerrar cuanto antes la candidatura para la Casa Gris y seguir recorriendo la provincia mientras el PJ estira como un chicle la resolución de su intríngulis. Recién en julio quedará dilucidada la interna justicialista, si es que Rafael Bielsa no consigue el consenso que reclama para evitar que Binner se presente hasta esa fecha como la única oferta electoral que tiene la bota santafesina.
Compulsivo lector, el ex canciller recuerda una cita incluida en "Libro negro", trabajo del reciente premio Nobel de Literatura, Orhan Pamuk, referida al "profeta vendedor de misterios". El justicialismo recién va por los epígrafes, todavía le faltan demasiados capítulos a construir.
Si Néstor Kirchner, Carlos Reutemann y Jorge Obeid no demuestran que pueden jugar juntos en Santa Fe respaldando a quien finalmente sea el elegido (Bielsa, Omar Perotti o Agustín Rossi), el justicialismo no podrá festejar sus bodas de plata en el poder.
Claro que también la oposición tendrá que mostrar argumentos sólidos para justificar que socialistas, radicales, pedepistas, aristas, Marcelo Trompa Brignoni, María del Carmen Alarcón, Federación Agraria, entre otros, de ninguna manera repetirán la historia de la Alianza.
Por estos días, el helicóptero que salió de los techos de la Casa Rosada ha sido el principal motor de Néstor Kirchner, quien casi ni se ha tenido que ocupar de la oposición. Esa sí es una imagen que vale más que mil palabras, y que debería clavarse en el inconsciente colectivo como el otro Nunca Más de la historia contemporánea argentina.
A cinco años de la peor crisis del país, las marchas y actos para recordar el Diciembre Negro fueron llevadas adelante por agrupaciones de izquierda. La mayoría de la clase media, que hizo hacer caer un gobierno bajo el sonido de las cacerolas, se espantó por algunas consignas y prefirió mantenerse más preocupada por las compras navideñas.
"Estos se quedaron en el 2001", dijo una atildada mujer que salía de un local de venta de ropa mientras se espantaba ante una columna del Partido Obrero que entonaba cánticos mezclando los nombres de George Bush, Néstor Kirchner, Carlos Reutemann, Jorge Obeid y Tabaré Vázquez, además de dedicarle loas a la resistencia iraquí. Consignas e iconografías vetustas, mixturadas con olvidos repentinos.
Ya lo dijo John Lennon: la vida es lo que pasa mientras estás ocupado haciendo otras cosas.
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