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domingo,
24 de
diciembre de
2006 |
Técnica Alexander: conciencia del cuerpo
El método Alexander permite acceder a una experiencia positiva, involucrando la totalidad de nuestro ser en cada acción, y sintiéndonos vitales y en equilibrio.
El creador fue el actor F.M. Alexander, nacido en Australia, en 1869. Su búsqueda comienza cuando una ronquera crónica se agudizó y no le permitió terminar las funciones que tenía programadas. Como los médicos no encontraban la solución acertada, emprendió un proceso de auto-observación y experimentación, en forma paciente y libre de crítica.
Descubrió que tensionaba sus pies en forma tal que se levantaban del piso, y que su cabeza, en relación con su cuerpo, se encontraba hacia delante. Esto lo empequeñecía, haciendo además que tuviera que realizar un gran esfuerzo para tomar aire al hablar. Esto no sólo le sucedía sobre el escenario, sino que era un hábito presente al realizar la mayoría de sus actividades cotidianas.
Para modificarlo, Alexander encontró que debía hacer una pausa antes de actuar, coordinando pensamiento y acción. Eligió así pensar nuevas direcciones musculares como permitir que su cabeza fuera hacia adelante y hacia arriba, liberando su cuello y produciendo un alargamiento general del cuerpo. Además, podía ser consciente de la fuerza de sustentación de la tierra, desapareciendo la tensión en sus pies.
Charles Sherrington, Niko Timbergen, (ambos premios Nobel de Medicina) y George Coghill ( famoso biólogo norteamericano) apoyaron el trabajo de Matías Alexander sabiendo que la relación entre nuca, cabeza y espalda, juegan un rol principal en el control de la postura, el balance y el movimiento determinando lo que ocurrirá en el resto del cuerpo.
Además concordaron con Alexander en tratar cada una de las acciones, a partir de la totalidad de la persona, tanto física como psíquica. Es decir, ninguno de nuestros miembros se mueve solo, sino que involucra toda la actividad neuromuscular. En una clase de técnica Alexander el profesor utiliza sus manos para determinar si existe demasiada tensión muscular o muy poca, y en dónde, y si las articulaciones están libres. A través de este toque y guiando al alumno con ayuda de instrucciones verbales, podrán realizarse de otra manera acciones simples como sentarse, ponerse de pie, caminar, emitir una vocal, correr.
Se abre entonces la posibilidad de dejar de interferir en la información que nos da nuestro sentido cinéstetico que recibimos de tendones, articulaciones y músculos, y sienta las bases para la percepción sabiendo cómo está nuestro cuerpo y qué estamos haciendo.
Por medio de una reeducación progresiva junto al docente podremos aplicar esta técnica a cualquier actividad, usando la energía acertada, y liberándonos de patrones de comportamientos predeterminados.
Carola Rondinella
Docente de la técnica
[email protected]
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