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domingo,
24 de
diciembre de
2006 |
Una búsqueda malograda
El debut de Leonor Benedetto tras una cámara de cine con "Un buen destino" fue un desperdicio de medios y un buen elenco de actores. Quizá si la novel directora hubiera tenido una historia para contar, la cosa hubiese sido diferente. Pero la película es una especie de "patchwork" en el que retazos de historias pretenden sumarse para aportar a otra mayor. En un pequeño pueblo "El buen destino" es un bar donde convergen todos para contar sus historias. Para colmo lo hacen de uno por vez lo que convierte a la película en un desfile de personajes que entran al bar, dicen su parlamento y se van para dejar lugar al que sigue. Con un planteo infantil y con errores tan enormes como mostrar un aula magna con gradas de madera pretendiendo que la misma se encuentra en un colegio secundario de un pequeño pueblo, la película no tiene otro destino que el naufragio. Ni siquiera el buen elenco de actores puede salvarla.
M.M.
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