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 domingo, 24 de diciembre de 2006  
En Foco. Empleo e ingresos
Informalidad, la cara visible de la distribución inequitativa

A la hora de los balances, y a esta altura del almanaque es bueno arriesgar algunos, conviene poner todo sobre la mesa. Esta semana el gobierno anunció los datos sobre distribución del ingreso que elabora el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) y festejó la reducción de la brecha entre los que más y menos ganan en la Argentina (que pasó de 42 a 35 veces), pero en paralelo se conocieron los datos del trabajo en negro -a través del mismo relevamiento oficial- un fenómeno que afecta a casi la mitad de todos los trabajadores del país, el 43,1 en el tercer trimestre del año.

Las informaciones separadas pueden pensarse como "una de cal y una de arena", sin embargo, si se las pone en la balanza son en sí mismas contradictorias. "La informalidad es un fenómeno que se agrava y lo peor es que detrás de ella está la inequitativa distribución del ingreso", reveló un economista que integra los equipos del Ministerio de Economía y aseguró que en el período 1998/2000 los salarios informales cayeron el 33% en términos nominales. "La mejor medida de distribución del ingreso es blanquear", sentenció el especialista.

Sucede que aunque en el universo del 41,9% de empleados en negro que registra Rosario según el último relevamiento, puede haber trabajadores con sueldos por encima de la línea de la pobreza, la gran mayoría de la informalidad según los registros públicos y privados está en el segmento de los que menos ganan.

Por tanto, no sólo no reciben los beneficios de la jubilación o la obra social sino que son los que especialmente pierden cuando se discute el salario mínimo o los incrementos por sector que ponen pisos al básico.

Por eso pensar en el empleo no significa avalarlo a cualquier precio y subirse a caballo de los discursos de muchos empresarios que sostienen que lo importante es generar puestos de trabajo sin detenerse en el cómo. Y en este sentido, y quizás el anclaje más real de esta situación quedó expresado en una carta de lectores que publicó La Capital el viernes 21 en la que un delegado gremial de una compañía multinacional que se instaló en Rosario llamaba la atención al gobierno sobre el alcance de las exenciones impositivas a las empresas. "...entendemos que a la hora de analizar la posibilidad de promocionar la radicación o continuidad de una firma determinada no basta con saber la cantidad de empleos que se generan, sino qué calidad tienen..." en alusión a las "paupérrimas condiciones laborales que se viven en la empresa en la que trabajamos", agregaba la carta.

De ese modo "si las exenciones no contemplan estas cuestiones más que un legítimo instrumento fiscal de promoción del empleo e vuelve una herramienta que alienta el trabajo precario...".
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