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domingo,
24 de
diciembre de
2006 |
Un ejemplo
a imitar
Como docente y abuela de un alumno que concurre a ese establecimiento, me siento en la obligación moral de hacer llegar a toda la comunidad educativa del colegio (directivos, docentes, no docentes y personal administrativo) mis más sinceras felicitaciones por la maravillosa puesta en escena del cuento “Había una vez...” el pasado 11 de diciembre en el teatro Broadway y con motivo de finalizar el ciclo lectivo. Fue algo increíble que puso de manifiesto la profesionalidad de todos los docentes, el trabajo impagable de los mismos, la dedicación, la vocación, el amor por los niños, además de dejar a los asistentes al acto el mensaje de que nuestro mundo será más bello o más cruel según sea el proceder de los adultos. Agradezco profundamente toda la contención que le brindan a sus alumnos y el cariño que se pone de manifiesto, desde el abrazo que les brinda la portera. Ejemplo, firmeza, justicia y estímulo son cuatro palabras que todos los docentes deben tener en cuenta para que los alumnos el día de mañana los recuerden con amor. Muchos colegios, católicos y no católicos deberán imitar a esta gran institución que es el Colegio Los Arrayanes. Me queda una luz de esperanza. Todavía existen maestros como los de antes. Me lo demostraron los docentes de Los Arrayanes.
LC 3.963.480
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