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 sábado, 16 de diciembre de 2006  
Viajeros del tiempo

Guillermo Zinni / La Capital

Divorcio vs. civilización. El rector del colegio Lacordaire, de Buenos Aires, fray Enrique D. Sisson, publicó un folleto titulado "El divorcio y la civilización", donde pone de relieve los males que originará la promulgación de la ley del divorcio.

Una fría mañana del Rosario del 900. El pampero, el temporal, la garúa fastidiosa del martes, se fueron dejándonos un frío siberiano. En la mañana, cuando tiritaban los árboles que habían resistido al viento y se restregaban apresuradamente las ramas, daba pena ver pasar trotando ligero por las heladas aceras a las pobres obreras que con sus cabecitas escondidas en la manteleta de lana, el cuerpo encogido, doblegado como pajaritos ateridos, ansiaban llegar cuanto antes a la tibiedad del taller. Tras ese grupo de hormiguitas laboriosas seguía con paso mesurado, alta la cabeza y el busto erguido, la recta Maritornes, cuyo brazo rollizo sostenía enérgicamente el canasto de las provisiones. Luego era un obrero desganado, somnoliento, que con las manos en los bolsillos del pantalón parecía únicamente preocupado en encoger el pescuezo y estirar el cuello del saco a fin de presentar al frío el menor blanco posible. Y después pasó una viejecita, que envuelta en harapos negros y los pies calzados con grandes zapatos de hombre se deslizó tan rápida que parecía un sucio pergamino impelido por el viento, y que hasta llamó la atención de un chicuelo que, encogido y temblando, llevaba un paquete de diarios bajo el brazo. Luego, en la calle, por sobre los adoquines aún cubiertos de lodo, los pesados carromatos arrastrados por tres caballos que tranqueaban sin gusto, el pescuezo estirado, perezosas las patas, rodaban produciendo con su raído un acompañamiento ronco y monótono a la modorra general, esa modorra que nace en la mezcla del frío que viene y del sueño que no se ha ido aún. Acumulados en los rincones de los tranvías que a esas horas parecen más grandes van, con los ojos hinchados y las narices color de escarlata, torvos y silenciosos, los empleados que han tenido que dejar el lecho, la mujercita, el nene quizá, para acudir al imperioso llamado del escritorio o del almacén. Y en algunos de esos rincones del tranvía van también los piespedreros de la idea, los pobres reporters, que fijan ansiosamente la vista en las cosas que pasan buscando un rayo de sol que derrita la escarcha del cerebro. Es una caravana de gente laboriosa, que rueda todavía entorpecida por el frío para ir a derramarse por la ciudad ocupando su sitio de pieza en la gran máquina infatigable del Rosario.

Honrado. Don Carlos Garay encontró ayer por a las 7.30 de la tarde en la esquina de San Martín y San Juan una cartera conteniendo 15 pesos en dinero y un anillo de oro. Entregó estos objetos al agente Emiliano Tejeda, al servicio de la comisaría tercera, el que a su vez lo entregó a sus superiores.

Aviso. ¿Volete la salute? Bevete il Ferro-China Bisleri. ¿Volete digerir bene? A tavola, bevete l'acqua di Nocera Umbra, la reina de las aguas para la mesa.

Investigación y realización Guillermo Zinni ©

La Capital 1900/1905
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