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sábado,
16 de
diciembre de
2006 |
Entorno laboral
Ergonomía y laboral
Una parte importante de la población destina más de ocho horas diarias al trabajo sedentario. Su ámbito es la oficina. El trabajo de estas características involucra a personas cuyo bienestar físico depende de una óptima elección del equipamiento (sillas, mesas y todos los elementos que constituyen el mobiliario). Salud, ergonomía y confort son pautas fundamentales a tener en cuenta en la elección de un mobiliario con prestaciones óptimas.
La ergonomía es la ciencia interdisciplinaria cuya meta es mejorar la eficiencia, seguridad y el bienestar. En un puesto de trabajo, una oficina gerencial, o una oficina de uso personal, se deben tener en cuenta la postura, la toma de informaciones visuales, la tarea a realizar y el alcance manual de los objetos. A continuación algunas recomendaciones para la elección del mobiliario laboral:
Sillas
Las sillas deben responder a criterios ergonómicos y no meramente estéticos. Se deben poder regular la altura del asiento ( imprescindible); inclinación del respaldo (imprescindible); altura del soporte lumbar (aconsejable). Los apoyabrazos son convenientes para dar apoyo y descanso a codos y antebrazos, y su longitud debe ser menor que la del asiento.
El respaldo debe ser regulable, lo que posibilita adaptarlo a la altura del usuario.
Al analizar la elección de una silla debe tenerse en cuenta la importancia que tienen la movilidad, la variabilidad y la capacidad de adaptar distintas posturas.
Iluminación
La vista representa el 80% de nuestra percepción sensorial. Iluminar correctamente la oficina es una necesidad real. El confort visual contribuye al bienestar y la eficiencia. La iluminación puede ser general y puntual.
La iluminación general directa es la que se dirige hacia el plano de trabajo, que se complementa con la indirecta (hacia el cielorraso y paredes en dirección opuesta).
La iluminación puntual es la utilizada para crear efectos en cuadros y plantas.
Color
Vivimos rodeados de colores que influyen en el bienestar de las personas. Por la energía que transmiten, los colores provocan sensaciones y afectan nuestro estado anímico. Conociendo las características de cada color y sus efectos podremos generar un entorno apropiado para cada necesidad.
El color transforma nuestra percepción de los espacios. No solamente embellece y protege los interiores en los que trabajamos y vivimos, sino que transforma la manera de verlos.
Según cómo se utiliza, la pintura tiene la capacidad de hacer que los espacios parezcan más grandes y luminosos. Si bien no existe una fórmula válida que permita seleccionar los colores adecuados para cada espacio, hay criterios generales para crear un apropiado entorno laboral.
En cielorrasos y paredes los colores cálidos y claros son aconsejables por lo estimulantes y acogedores (cremas, beige). Estos no causan sensaciones que dificulten la actividad física o mental. Se recomienda no utilizarlos como único tono.
Para seleccionar el color en el equipamiento de una oficina, debe tenerse en cuenta la reflexión de la luz, siendo preferibles los acabados mates a los brillantes.
El gris claro y medio, son ideales, dado que son tonos neutros que admiten la incorporación de otros.
En los despachos de dirección y salas de reuniones, los criterios estéticos tienen como objetivo una diferenciación para destacar el nivel jerárquico. La tendencia es utilizar como base o color principal tonos más oscuros y maderas como wengue o ébano. El color lo aportarán la sillería y la tapicería.
Los amarillos claros, ocres, naranjas, verdes y azules, utilizados con moderación completan una propuesta que pretende mejorar la calidad de vida en el trabajo.
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