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sábado,
16 de
diciembre de
2006 |
Antihéroe. El actor contó cómo fue su experiencia en "Pretendiendo"
"Creo que la belleza es tan subjetiva
que hasta a mí me pueden ver lindo"
Marcelo Mazzarello dijo que, tal como lo hace en "Sos
mi vida", elige el humor como herramienta expresiva
Rodolfo Bella / Escenario
Marcelo Mazzarello está convencido de que él no es "el típico galán". El actor, que se destaca en la tira "Sos mi vida" como Miguel y que también lo hizo en las películas "Felicidades" y "La suerte está echada", además de "Pretendiendo" que se estrenó el jueves en los cines rosarinos, reconoció que la comedia es parte de su identidad. El intérprete aseguró que su personaje en "Pretendiendo" "es el prototipo de machista" y "un canchero", algunos de los perfiles que tuvieron sus trabajos, pero en los cuales el denominador común fue su abordaje desde el humor.
-¿Por qué quedaste seleccionado para este personaje?
-El rol era para un galán prototípico y está claro que yo no soy un típico galán. Quizás fue que la encargada del casting entendió el sentido del guión cuando me vio a mí. Tal vez un tipo que lindo lo haría con otros pruritos y otra intención que quizá no aportaría tanto a la comedia como lo que yo le pude proponer. En cuanto a lo físico, creo que la belleza es tan subjetiva que hasta a mí me pueden ver lindo. Además está el humor y no creo que el humor esté disociado del drama. Para nada. "Felicidades" es una prueba de eso.
-¿Eso te limitó a un determinado tipo de personaje y de género, sobre todo en televisión?
-Creo que la televisión tiene más esa tendencia. Uno hace lo imposible para desmarcarse pero creo que la televisión te tiñe un poco los personajes uno de otro, pero no por lo que uno hace sino porque uno empieza haciendo un personaje y después casi todos, por el tiempo que transcurre y porque las historias no están escritas totalmente sino que se van escribiendo en el momento, se empieza a desdibujar y entonces los personajes se parecen entre sí. No es que se parece el mío a lo que ya hice; el mío se parece al que tengo enfrente. Salvo en este caso de "Sos mi vida", donde hay un grupo de actores que son excepcionales y todos defienden sus personajes a muerte.
-En los últimos años se apostó fuerte al costumbrismo y a las historias barriales...
-Eso es lo que pasa, pero después agotan el modelo, lo repiten hasta el cansancio y lo que en un momento funciona después se vuelve pura repetición; pero es un poco la ley de la televisión que hasta que las cosas no se agotan no para. Lo mismo pasa con las segundas temporadas.
-¿En las temáticas y la estética de lo que se conoce como nuevo cine argentino, pasa algo similar?
-Hay una tendencia al globo, a dar manija sobre algo. Me da esa sensación de gesto ampuloso. Y eso no siempre tiene un correlato en el público. El nuevo cine pertenece a los directores y a cinco críticos que lo van a ver. Es delirante en un punto. Tiene la misma lógica que me parece que tiene el país en todos los sentidos. Tenemos un país bastante delirante y el cine, la televisión y todo lo que hacemos tiene esa marca. Me parece que no hay novedad. Que la novedad es que están filmando un montón de películas, aburridas y lejos de los espectadores. Yo no digo que hay que hacer obviedades, no es ni una punta ni la otra. Se pueden hacer cosas de calidad y que la gente vaya a verlas. Se puede hacer buen cine, pero con espectadores. Se puede hacer cine arte también. Pero hay un discurso que es "no, esta película no quiere contar nada", que es un facilismo para no contar nada y filmar una película igual.
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