Nuevas técnicas para sustentar la agricultura en el norte

Leonardo Stringaro

La expansión agrícola de Argentina tiene perspectivas de profundizarse en el Chaco semiárido por el alto grado de crecimiento que ha tenido la siembra directa y el cultivo de la soja en los últimos 10 años.

El análisis, parte del 9º encuentro de productores del Norte que realizó la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid) en la localidad chaqueña de Charata, junto a la participación de 250 agricultores y un importante número de técnicos de la región.

En ese contexto, se analizaron las técnicas que optimizan la economía del agua y la posibilidad de avanzar sobre el límite agronómico de la sequía como proyección hacia un amplio desarrollo.

El Chaco pasó de sembrar 80 mil hectáreas de soja (1995) a casi 700 mil en la última campaña, manteniendo estables a los cultivos de algodón y maíz que pocas veces superaron la media de las 100 mil hectáreas. Algo similar sucede en la provincia de Santiago del Estero, donde la soja saltó de 100 mil a 600 mil hectáreas en menos de 6 años.

En otro orden, porque el incremento del área cultivable sería mayor, si no se hubiese activado la alarma por la falta de políticas para regular el desmonte, la suspensión de los procedimientos para estas prácticas y la necesidad de encontrar un modelo que permite que el aumento de la soja vaya acompañada por un esquema equilibrado de secuencias de cultivos.

La preocupación, que en principio parte de la cartera agropecuaria de los gobiernos del norte, no deja dudas que se está conteniendo el advenimiento de una verdadera avalancha agrícola.

Por eso, se busca con urgencia la implementación de criterios tecnológicos, de ordenamiento territorial o sistemas agrícolas compatibles con la conservación de los ambientes naturales involucrados. Se sabe que desde algunos organismos públicos e instituciones los objetivos están centrados en explorar las bases de toda la región chaqueña para mejorar las producciones agrícolas sustentables intensificando en el corto lapso, el uso de la tierra mediante la rotación de los cultivos.


Estrategias
Más allá de las ventajas de la soja, la necesidad está centrada en cómo hacer para promover el desarrollo de otros cultivos en la zona. Pareciera ser que la nueva oportunidad para los productores del norte comienza a tomar forma a partir de la producción de biocombustibles.

Hay rumores sobre muchos grupos cooperativos que están buscando la forma futura de diversificar inversiones, incrementar la demanda y asegurar el precio futuro de su producción de granos por medio de la participación en el negocio industrial a partir de la fabricación del etanol. Esto permitiría potenciar en la región, una serie de cultivos energéticos (maíz y sorgo), dentro del esquema de rotaciones necesario para alcanzar mayor productividad; y al mismo tiempo atenuar las complicaciones de algunas zonas marginales donde bajo el modelo actual es inviable equipar el alto costo de los fletes para llevar a destino los granos.

Algunos analistas estiman que en pocos años más del 53% de las plantas de elaboración de combustibles en base a la producción vegetal de Argentina estarán en manos de productores agropecuarios asociados, con un alto índice de incidencia en las provincias del norte.