Año CXXXVII Nº 49322
La Ciudad
Política
Economía
Opinión
La Región
Información Gral
El Mundo
Escenario
Policiales
Página Solidaria
Cartas de lectores



suplementos
Ovación
Salud


suplementos
ediciones anteriores
Turismo 10/12
Mujer 10/12
Economía 10/12
Señales 10/12
Educación 09/12
Autos 30/11
Salud 29/11
Página Solidaria 29/11
Estilo 18/11
Chicos pero grandes 11/11

contacto
servicios
Institucional


 miércoles, 13 de diciembre de 2006  
Hacia el 2007. Frepasistas, socialistas, ex ARI y ex PJ buscan su destino
La centroizquierda frente a su dilema: ¿mantenerse lejos o cerca de Kirchner?
El progresismo busca sumarse al proyecto presidencial y la reunión puede abrir grietas en el PS

Rodolfo Montes / La Capital

La centroizquierda no se rinde, persiste en la búsqueda de su identidad y de representación política. Como en otras coyunturas preelectorales se reunieron unos cincuenta cuadros de ese espacio ideológico, "todos los que tenían que estar", definió el dirigente del Frente Grande y subsecretario de Cultura municipal, Juan José Giani. Fue el pasado miércoles en Buenos Aires, y allí dieron el presente importantes funcionarios del gobierno nacional como José Pepe Nun, Carlos Chacho Alvarez, Nilda Garré, Mercedes Marcó del Pont, Graciela Ocaña. El encuentro tuvo forma de seminario y funcionó bajo el título "Aportes de la centroizquierda a la concertación plural".

Con trayectorias y vuelo intelectual indiscutibles, el encuentro cerrado de cuadros políticos buscó movilizar propuestas propias hoy dispersas, e instalar una idea fuerte y también riesgosa: se puede hacer política independiente, de centroizquierda y, a su vez, formar parte del espacio kirchnerista. "Si nos unimos, nos cohesionamos, podemos influir políticamente dentro del proyecto de Kirchner", se ilusionan.

Se trata de una teoría política clásica, aunque en movimientos con liderazgos muy fuertes -caso presidencial- de resultado incierto. "Con un tipo como Kirchner, el único independiente que puede hacer su juego es (el club de fútbol) Independiente de Avellaneda", dijo, lapidario, un detractor de la hipótesis que promueve influir desde adentro.

Giani llegó temprano al Palacio San Miguel. Lo saludó con un abrazo a Chacho y luego disfrutó de la intervención del ex vicepresidente. Alvarez fue optimista: "Vivimos en una etapa regional extraordinaria, que va durar muchos años", vaticinó. Y luego repasó, en detalle, las virtudes de cada uno de los nuevos procesos de centroizquierda que se están abriendo en Latinoamérica.

Gianni llevó a Buenos Aires con su ecuación política: Binner mas Kirchner, una combinación con evidente plafón social, aunque innominada, casi prohibida en la provincia de Santa Fe, tanto para el oficialismo como para la oposición.

Luis Juez, intendente de Córdoba, fue uno de los panelistas, y sentado junto a Garré y Alvarez, pidió casi por favor "hagamos algo" desde la centroizquierda. "En algún momento nos tenemos que encontrar, más tarde o más temprano. Pienso por ejemplo en Miguel Lifschitz, en Hermes Binner, a la larga nos tenemos que encontrar", se ilusionó. Pero, se sabe, Juez tendrá que esperar: 2007 no será el momento.

Entre la diversidad de dirigentes del progresismo que circularon por el bellísimo edificio del Palacio San Miguel de Buenos Aires se lo vio al dirigente del Partido Socialista Ariel Basteiro. El ex diputado nacional lucía un visible escudo rojo con la sigla PS sobre la solapa de un saco de verano color crudo, mientras comentó con La Capital: "Nuestra realidad en provincia de Buenas Aires es muy distinta a la de Santa Fe. Allí nos parece bien que los compañeros sumen al ARI así logran dar el paso a la gobernación. Pero si nosotros -en provincia de Buenos Aires- cerramos con el ARI nos hundimos", disparó, justo antes que lo llamen a ocupar un lugar en el estrado y dar su discurso.

El socialismo ya se definió como "de centroizquierda, lejos de Kirchner y lejos de Lavagna". Sin embargo, los matices y algunas distintas visiones dentro, incluso, de la misma orgánica del socialismo, quedaron a la vista el miércoles pasado. A 500 metros del Palacio San Miguel, en el Hotel Castelar y a la misma hora en que Basteiro rescataba generosamente la gestión de Kirchner, dirigentes políticos y del campo exponían bajo el título "El agro artífice de la integración nacional", convocados Pampa Sur, la entidad que codirige la diputada ex kirchnerista María del Carmen Alarcón.

En un contexto opositor, y salando las heridas oficiales que provocó el paro del campo, el programa de la jornada organizada por Pampa Sur -impreso en un prolijo papel ilustración- anunciaba, entre otros, la presencia como panelista del presidente del PS, Rubén Giustiniani. El senador le había dado el sí a Pampa Sur, pero finalmente no ocupó su sitio en el panel. Tuvo superposición de horarios con el crucial debate de la ley de educación en el Senado. O tal vez prefirió evitar una foto con alguno de sus compañeros de panel, como hubiera sido, por caso, el diputado del grupo El General Francisco de Narváez.

Se sabe, la agenda política de la centroizquierda fue capturada en sus trazos centrales por el gobierno. Y en ese espacio ideológico se perfilan dos posiciones: los que promueven acompañar a kirchner y discutir casos puntuales desde adentro. Mientras que otros prefieren colocarse en la zona de oposición neta.

"El peronismo, cuando te colocás muy cerca, te come", suelen decir con justificadas razones históricas varios de los líderes del PS. En cambio, otros opinan lo contrario. "Es cierto que el peronismo te puede comer, pero eso se evita trabajando con seriedad y persistencia. Negar la dirección progresista de este gobierno no es serio", aseguró Gianni a este diario.

Los intentos de la centroizquierda por definirse a sí misma, encontrarse y configurar una estrategia política unificada ya han cumplido un cuarto de siglo, aunque con resultados modestos, o nulos. Fue el Partido Intransigente, de Oscar Alende, a la salida de la dictadura militar, el que pareció florecer y marcar la cancha de la transición política. Pero declinó muy rápido. Luego, en una década gélida para cualquier forma de progresismo, los noventa surgió una fisura en el peronismo menemista con la aparición de Chacho Alvarez y el Frente Grande. Constituyó el Frepaso, volvió a ilusionar, pero se asoció a la UCR terminó en una dramática crisis.

Luego, con la crisis de 2001 y el desmembramiento de los dos grandes partidos del siglo XX, el PJ y UCR, a la centroizquierda pareció llegarle su hora. Pero surgió una nueva postergación. Emergió el peronista menos pensado, Néstor Kirchner, que recorrió buena parte del camino de declinación liberal de los noventa y está recuperando la zona del progresismo peronista originario. Otra vez la centroizquierda, en la actual coyuntura, sortea obstáculos, busca su propia razón de existencia y el lugar en el mundo político que casi siempre se le negó.
enviar nota por e-mail
contacto
Búsqueda avanzada Archivo

Ampliar FotoFotos
Ampliar Foto
Luis Juez, Chacho Alvarez, Graciela Ocaña y Fernando Melillo, en el Palacio San Miguel.

Notas Relacionadas
Caso coimas

"El radicalismo nominará nuevos negociadores con el socialismo"




  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados