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miércoles,
13 de
diciembre de
2006 |
Pezzotta dirige la final del Apertura
Lucas Vitantonio / La Capital
A las 17 en punto caminará por la manga rumbo a la cancha. Junto a sus colaboradores pisará el verde césped del José Amalfitani, frotará sus manos y llenará los pulmones de aire. Ya en el círculo central hará un paneo con su mirada por las tribunas repletas y allí sentirá a flor de piel que está a punto de dirigir el partido más importante del año en el fútbol argentino. El árbitro rosarino Sergio Pezzotta tendrá esta tarde un rol excluyente en la apasionante definición del torneo Apertura que protagonizarán pincharratas y xeneizes.
El hombre de negro, que hizo sus primeras armas en la Liga Rosarina y con sacrificio y capacidad llegó a la elite del arbitraje nacional, hoy será el mediador en la primera final desde que la AFA instaló los torneos cortos.
"La designación me puso muy feliz. Es un partido muy lindo para arbitrar. Estoy contento porque parece que los dos equipos querían que los dirija yo. Esto me tranquiliza, es un reconocimiento a mi trabajo. Uno aprende, se esfuerza y siempre trata de hacer las cosas bien para progresar en la profesión", le expresó Pezzotta a este diario minutos después de confirmarse su nominación para el trascendental choque de hoy.
-Se puede decir que este es el encuentro más importante que te tocó dirigir hasta el momento.
-Es un partido importantísimo porque define el campeonato. Además la trascendencia supera las fronteras del país.
-Este tipo de finales son soñadas por los jugadores, los técnicos y los hinchas. ¿También son anheladas por los árbitros?
-Sí. Son partidos lindos para dirigir. Los árbitros somos un grupo grande y todos queríamos estar en este encuentro, pero por una u otra circunstancia me tocó a mí. El domingo me desilusioné cuando el título no se definió porque ya tenía programado un viaje de trabajo. Si bien conservaba un poco de expectativa para estar en la final del torneo Apertura, ya tenía la mente puesta en el compromiso por la Copa Sudamericana en Chile (estaba designado como cuarto árbitro para dirigir el partido de vuelta de la final).
-¿Igual el domingo a la noche se comenzó a manejar tu nombre entre los postulantes a dirigir la finalísima?
-Sí. Tengo un amigo acá en Rosario del colegio secundario que la semana pasada me mandó un mensaje en broma anticipándome que la definición se daría de esta manera y acertó. Igual estaba todo dado para que la historia se cierre el domingo, algo que no ocurrió. Me confirmaron la nominación el lunes por la tarde.
-¿Cómo hombre del fútbol pensás que le hace bien al torneo que haya una final por todo lo que se habló sobre la falta de seriedad y las suspicacias que se tejieron en algunos partidos?
-Es lindo que haya una final por todo lo que se dijo en este campeonato. Es bueno que los dos mejores equipos definan el título en un partido a todo o nada.
-Habrá muchos jugadores experimentados dentro del campo de juego, como pueden ser la Brujita Verón, Palermo y Guillermo Barros Schelotto, entre otros. ¿Esto ayuda al árbitro a la hora de impartir justicia?
-En todos los partidos el jugador experimentado ayuda. Siempre colabora para calmar a sus propios compañeros. Es fundamental saber poner los límites a tiempo. El futbolista sabe lo que tiene que hacer y lo que no.
-El árbitro cuándo disfruta del partido, ¿en el momento del juego o luego al verlo por televisión a la noche y comprobar que las cosas le salieron bien?
-Yo lo disfruto en el momento. Equivocaciones siempre puede haber. Uno está expuesto al error. Nos movemos al ras de piso con 22 protagonistas en constante desplazamiento. Se busca reducir el margen de error. El árbitro perfecto no existe. Sino tiene que ser una computadora.
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Fotos
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El árbitro está feliz.
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