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domingo,
10 de
diciembre de
2006 |
Sin escapatoria
Newell's perdió y cerró un torneo para el olvido
Mauricio Tallone / Ovación
No hacía falta asistir a un nuevo desplome de Newell's para darse cuenta de que el ciclo de Pumpido ya no tiene escapatoria. Tampoco faltaba la rúbrica de otra derrota para reforzar la idea de proceso cumplido más allá que todo indica que el entrenador tendrá una segunda oportunidad el año próximo.
Pero no sólo Pumpido quedó expuesto con otra caída, la octava en los últimos once encuentros que lleva sin ganar. Este grupo de jugadores tampoco supo sacar las papas del fuego durante el Apertura. Por eso no sorprendió el nuevo empujoncito que anoche le dio Chicago hasta tirarlo a uno de los peores campeonatos de los últimos tiempos.
Está claro que la causa de otra claudicación rojinegra no es nueva. Viene de arrastre. Newell's despide un aire de resignación alarmante. Anoche dio la sensación hasta de no estar a gusto con la ventaja transitoria y eso que la necesitaba como el agua.
Finalizó el primer tiempo con la marcada tendencia de que la mano podía cambiar para Newell's. Que había lugar para despedirse al menos con una sonrisa tras un campeonato a ceño fruncido. Sobre todo porque el equipo de Pumpido fue advirtiendo que podía discutirle sin complejos el desarrollo a su rival. Y se fue animando progresivamente en la misma medida en que Chicago entregaba ventajas defensivas. Por eso llegó ese zapatazo furibundo de Cardozo que le tiró un poco de agua a la situación incendiaria que marcó el recorrido rojinegro en el torneo. Además, por momentos Newell's recuperó algunos atributos como equipo que había extraviado desde hace mucho tiempo.
Todo pintaba para sobreponerse al contexto y a los antecedentes. Pero la expulsión de Torrén hizo añicos todo lo que Newell's había edificado con esmero.
Entonces los méritos de Chicago (empujado por el hombre de más) estuvieron en sintonía con el descalabro de Newell's. Ahí el equipo empezó a perder los estribos. Y eso que Pumpido intentó disimular el jugador de menos bajando a Vangioni a la posición de Ré y el Colorado se ubicó en la zaga junto a Aguirre. La reorganización de la defensa fue un buen síntoma para capear el temporal, ayudado por algunas intervenciones de Villar. Pero el empate del Torito se veía venir y cayó como fruta madura. Para colmo la providencia acompañó el remate de Jorge Martínez, porque el roce en Ré descolocó a Villar.
Ya nada fue igual para Newell's. De hecho el equipo quedó perplejo ante otra contingencia del trámite. El penal de Ré a Hanuch, que convirtió Higuaín (la televisión mostró que el que provocó el contacto fue el delantero), no hizo más que revelarle su presente deplorable. De terminar con un suplicio de larga data y que ahora más que nunca obliga a Pumpido a encontrarle en el próximo campeonato una rápida solución a esta historia. Porque ahora sí su ciclo no tiene escapatoria.
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Fotos
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Mal final para Newell's: el equipo de Pumpido sumó 11 partidos sin ganar.
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