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sábado,
09 de
diciembre de
2006 |
Los chicos de la Nº 1.337 editaron un libro de poesías
El trabajo fue parte de las actividades de fin de año de la escuela de barrio Acíndar
No bajan los brazos. A pesar del contexto social y cultural en el que está inmersa la institución, los docentes de la Escuela Nº 1.337 Carlos Sylvestre Begnis proponen actividades para abordar problemas de oralidad de sus alumnos desde actividades que vinculan los chicos con distintos lenguajes.
“Trabajamos desde las emociones, desde lo que sentíamos, y la verdad es que estuvo bueno”, cuenta Gabriel Núñez, alumno de 7º año, que gracias al trabajo en talleres, escribió una de las poesías recopiladas en una publicación de textos realizados por los chicos del último año del establecimiento.
“También hicimos un taller en donde, con los ojos cerrados, escuchamos música clásica y mientras tanto dibujamos lo que sentíamos en ese momento”, narra Carolina Díaz, también de la 1.337.
“Son chicos con dificultades en la oralidad, pero a pesar de eso los maestros siguen proponiendo actividades y proyectos, y no bajan los brazos”, señala Marisa Juárez, vicedirectora de la institución.
Emplazada en el barrio Acíndar, de la zona sudoeste de Rosario, a la escuela asisten niños provenientes del barrio Fonavi de la zona, y otros llegan desde asentamientos irregulares cercanos. “A veces se prejuzga a estos chicos, que son de hogares pobres, creyendo que no tienen demasiadas posibilidades. Pero en realidad el éxito depende de que el maestro nunca diga que el chico no puede”, afirma la directora María Norma Alvarez.
Desde esta perspectiva, los docentes de la escuela no escatiman esfuerzos en trabajar las dificultades en la expresión oral de sus alumnos desde espacios que se abren a la manifestación de sus inquietudes. En uno de estos ámbitos de aprendizaje, la visita de la escritora Liliana Guadarama fue impulso para que los chicos de los dos últimos años de la escuela (que tiene hasta 7º) salgan al encuentro de las palabras.
Aquellas palabras que apoyan, las que fortalecen, pero también las que lastiman. “Desde estos espacios de trabajo de la oralidad, la idea es poder ayudar a la autoestima de los chicos, quienes por sus historias de vida tienen un gran desprestigio sobre ellos mismos”, apunta Carolina Meza, docente de lengua de 6º, en donde trabajaron sobre palabras que, según la docente, hacen a su identidad.
En el caso de los alumnos de séptimo, y bajo la coordinación de la docente Olga Pecci, junto con la de plástica Andrea Ghirardi, decidieron trabajar desde la elaboración de poesías, en donde los chicos pudieran expresar sus vidas desde las “Palabras del alma”, tal cual es el nombre del librito editado por las escuela que recopila gran parte de sus producciones.
“Este es un trabajo sostenido de varios docentes de una manera que les llegue y de la que se sientan partícipes”, afirma Olga Pecci sobre esta iniciativa conjunta en la que los alumnos tuvieron la posibilidad de “ser luz desde las palabras”, tal como define la docente Carolina Meza.
“Nos gusta que se hagan actividades así en la escuela, porque acá en este barrio no hay muchas cosas para nosotros, ni siquiera lugares para divertirnos o para jugar”, cuenta Florencia Godoy, otra de las alumnas de 7º, mientras sueña con más talleres literarios para los demás chicos. Simplemente para aprender y jugar con palabras que, como dice el librito editado por la 1.337, salen del alma.
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Fotos
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Los autores de "Palabras del alma", el texto que recoge vivencias y emociones.
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