|
sábado,
09 de
diciembre de
2006 |
Opinión
De títulos y certificados
ingreso a la docencia para titularizar en mi cargo de maestra. El primer consejo de mis compañeras de trabajo, con más años frente al aula, fue: “Juntá todo lo que tengas”. Y si bien siempre sostuve —y sostengo— que la evaluación es un instrumento muy valioso en materia educativa al que no hay que temerle, y en todo caso debatir ideológicamente qué, quién y para qué se evalúa, los antecedentes resultaron en ese momento la variable que determinó puntajes.
Tal como me aconsejaron, junto al de maestra, presenté mi título universitario en comunicación social, además de certificados de uno que otro curso. Sin embargo, fue grande mi sorpresa cuando llevé los papeles al jurado. “Este no te sirve”, me dijeron devolviéndome la certificación universitaria. “Este sí tiene puntaje”, dijo decidida quién revisó, ante mi pedido, qué papeles presentaría. Vaya sorpresa. El que tenía "valor" era un papelito que certificaba un curso de pocas horas, pero con sello ministerial, de primeros auxilios, y donde pegar curitas fue la mayor habilidad aprendida. En ese momento entendí el alcance del consejo de mis colegas que casi caprichosamente me decían: “Juntá todo”. Más allá del debate sobre la modalidad del concurso de ingreso ahora prometido, no estaría nada mal revisar qué criterios se convalidan a la hora de otorgar puntaje a cada certificado que se presente, justamente para que “todo” no dé lo mismo.
M.I.
enviar nota por e-mail
|
|
|