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 sábado, 09 de diciembre de 2006  
Opinión
El temor a un nuevo fubismo

Hace medio siglo atrás, el término fubismo describía la actitud opositora que la conducción de la Federación Universitaria de Buenos Aires (Fuba) desplegaba contra el gobierno nacional de Perón, actitud que tuvo su corolario en el apoyo directo al Golpe de 1955, que generó entre otras cosas la “isla democrática”, una discutible posición política de la academia.

Hoy, desde distintos sectores de la universidad local temen ante un nuevo fubismo, ya no por un posicionamiento a espaldas de las mayorías como hace 50 años, sino por la réplica de las prácticas de protesta que los estudiantes de la UBA desarrollan desde hace meses, motivando la postergación de la elección de un nuevo rector para esta casa de estudios.

Tras cuatro intentos fallidos, finalmente el lunes pasado el Consejo Superior de la UNR le puso fecha (mayo de 2007) a la elección del rector que guiará los destinos de la institución hasta el 2011.

Pero el temor de algunos ante la réplica local de la crisis de la UBA no sólo afecta al sector estudiantil, o al menos a una parte de este. También encuentra su rebote en prácticas y alianzas que no siempre se originan por debates académicos.

La crisis de las universidades argentinas no puede entenderse sólo por modelos de gestión, sino por un entramado complejo de una partida de ajedrez que no siempre se decide en los mismos órganos de debate universitario (consejos superiores y directivos), sino en mesas de discusión en donde intervienen partidos políticos e intereses corporativos.

Sin entender este esquema, es imposible comprender la toma de algunas decisiones estratégicas. La arena político-partidaria mueve sus piezas también en los claustros.

En el ámbito local hierve la interna de la conducción de la UNR. La alianza política que en el año 94 llevó al recientemente fallecido Ricardo Suárez, secundado por Aldo Gimbatti, a conducir la UNR no pasa por sus mejores días. El primero, apoyado por estudiantes y decanos de extracción socialista. El segundo, con el aval de universitarios vinculados a sectores del radicalismo provincial afines al ex rector y actual diputado provincial del Juan Carlos Millet. Una alianza que hoy está en crisis en la universidad, y también fuera de ella.

Otro sector, con simpatías a la gestión nacional del presidente Kirchner, trabaja en varias facultades, como Políticas y Arquitectura, para conformar un espacio para jugar sus fichas en las elecciones de la UNR, mientras la izquierda encuentra su anclaje en agrupaciones estudiantiles con el apoyo docente en distintas facultades.

Las internas, alianzas y pujas partidarias se muestran hoy en las universidades argentinas. Comprender esta realidad, histórica por cierto, permitirá leer algunas decisiones y movidas que se dan en los claustros, en donde se forma la dirigencia política y empresaria nacional.

M. L.
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