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 jueves, 30 de noviembre de 2006  
Estrenos. Llega hoy a los cines rosarinos "Todos los hombres del rey"
"Es triste lo que pasa en Estados Unidos"
Sean Penn explica su personaje en la historia que denuncia la corrupción política de los años 20

Martín González Oliva

"Todos los hombres del rey", el filme que protagonizado por Sean Penn denuncia la corrupción política a través del ascenso al poder de un gobernador populista en los Estados Unidos de los años 20, se estrena hoy en los cines rosarinos. La película adapta el novelón homónimo de Robert Penn Warren, premio Pulitzer en 1946, que también inspiró tres años después de su publicación "El político", largometraje galardonado con tres Oscar.

En el nuevo filme, Sean Penn sustituye a Broderick Crawford en la piel de un político populista que aspira a gobernador de Louisiana en la Gran Depresión de los años 20. El reparto incluye a verdaderas figuras de Hollywood: Jude Law, Kate Winslet, Mark Ruffalo y Anthony Hopkins, bajo la dirección de Steven Zaillian, guionista de "La lista de Schindler" y "Pandilla de Nueva York".

"No, estoy convencido de que nunca voy a ser gobernador", respondió Penn escuetamente a los periodistas durante el estreno mundial de "Todos los hombres del rey" que tuvo lugar en Nueva Orleans, donde se rodó la película. La ciudad estaba aparentemente reconstruida, un año después del huracán Katrina y al actor le habían preguntado si alguna vez había considerado la posibilidad de convertirse en gobernador de California.

-¿Qué pensó cuando el Katrina arrasó Nueva Orleans?

-Personalmente, estaba agradecido de haber estado allí, conociendo lo que esperábamos recuperar o mejorar. Siempre fue mi ciudad favorita; ya estaba devastada mucho antes de que llegara el Katrina. Mucha gente había emigrado porque nadie prestaba atención a lo que ocurría allí, y alguien es responsable de todo eso. Es la única ciudad de este país con una cultura real. Hay un chiste sobre Los Angeles: "¿Cuál es la diferencia entre Los Angeles y el yogur? Que el yogur tiene una cultura viva en su interior".

-¿Qué es lo que más disfruta de Nueva Orleans?

-Emborracharme en sus calles.

-¿La filmación de la película coincidió con el huracán?

-No. Habíamos terminado de filmar un par de meses antes.

-Después volvió sólo para ayudar.

-O volvía o me quedaba en casa viéndolo por TV. Tras unos días, quedó muy claro que no existía un esfuerzo real por parte del Gobierno. Yo solo fui uno entre mucha, mucha gente. En Nueva Orleans siguen padeciendo las consecuencias del huracán, necesitan no sólo mi ayuda, sino la de todos. Ha sido un desastre de enormes proporciones, y no creo que hayamos respondido con la urgencia y ayuda suficiente. He estado hace poco y he visto que todavía queda mucho camino por recorrer.

Sean Penn, uno de los escasos actores rebeldes que quedan en la industria cinematográfica hollywoodense nunca tuvo miedo a expresar libremente sus opiniones y sus críticas.

- ¿De dónde sale esa energía para ser tan valiente?

-Siempre fue muy fácil para mí hacer enemigos, mucho antes de convertirme en un actor famoso. De todas formas, decir lo que uno piensa no significa que seas valiente.

-¿Se inspiró en alguien para interpretar a su personaje en "Todos los hombres del rey"?

-En todos los políticos. Luego de leer el libro busqué en el guión las claves de su personalidad y viajé por la región de Louisiana como había hecho Huey Long. Es un personaje muy rico para cualquier actor.

-¿Lo interpretó buscando la simpatía del espectador?

-Creo que Huey llevó la esperanza a mucha gente. De algún modo tocó el corazón de miles de personas, y ese sentimiento sigue vivo, es fácil reconocerlo. Ese aspecto de la historia es muy poderoso, porque el amor a la tierra pesa más que las bombas. Y también sigue viva otra lección suya: el diálogo es el mejor camino para solucionar los problemas.

-¿Hay expectativas con el Oscar por las siete nominaciones que tuvo la versión de 1949? ¿Qué significa el Oscar para usted?

-Huele bien. Pero como actor uno nunca espera conseguir un honor semejante. Fue extraordinario recibir ese premio; es una experiencia emocionante.

-Usted cuestionó desde el principio la guerra de Irak. Muchos le criticaron por su posición.

-Fui muy claro desde el principio al decir en qué lado estaba, y con el tiempo se ha visto que era el correcto. Comparto mi postura con todo el mundo, y creo que al hacerlo soy honesto. Hay que levantar la voz, porque es muy triste todo lo que nos está ocurriendo en Estados Unidos.


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Penn afirma que siempre fue fácil para él hacer enemigos.

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