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domingo,
19 de
noviembre de
2006 |
El descanso y la agonía
Daniel Samoilovich
¿Qué significa, para un poeta, traducir poemas de otros? Tengo varias puntas. Una es la traducción como descanso. La traducción, por más arduo o duro que sea el trabajo, es, en comparación con la escritura de un poema original, un descanso. Yo soy completamente incapaz de escribir un poema si no es en un ambiente de aislamiento prácticamente completo, que puede incluir un micro o un bar, pero no una casa, donde hay gente que a uno le habla o donde suenan teléfonos. Pero con la traducción es posible interrumpir un momento el trabajo y volver. No es ideal estar interrumpido todo el tiempo, pero el asunto no se escapa, porque el asunto está allí, está escrito. Si bien el lugar de llegada es un poema nuevo, en la lengua de uno, el punto de partida está definido y determinado; los sentimientos, las contradicciones, la cuestión existencial, aspectos del asunto rítmico, están en el poema original. No se esfuman si suena el teléfono. Es entonces una actividad más descansada.
Se podría decir esto de un modo un poquito más formalizado. Decir que el aspecto técnico de la escritura en la traducción está separado del aspecto emocional, mientras que cuando uno escribe un poema propio el aspecto técnico y el aspecto emocional son exactamente el mismo problema. Vale decir, va a ser la naturaleza de la emoción recordada o evocada y la emoción misma de escribir las que van a determinar, de alguna manera, la forma. Aun si uno trabaja sobre una forma establecida como un soneto, hay modulaciones, otros aspectos formales que no son solamente la rima y la métrica, sino aspectos de aliteraciones, ritmos; hay también dentro de una métrica fija modulaciones que en el poema de uno finalmente van a estar determinados por la emoción propia, mientras que en la traducción están ya de alguna manera predeterminados.
Por eso la traducción es un descanso mientras que la creación es agonía; yo, por lo menos, siempre soñé con ser, escribiendo, como un ingeniero que construye un puente o un físico trabajando en un acelerador de partículas: con la traducción, este aspecto técnico parece acercarse; incluso con una ventaja: en la ingeniería, si uno lo hace mal se produce un buen descalabro, en literatura no más que una frustrante nada.
(fragmento de "Una lengua inventada", en www.bazaramericano.com)
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