Nalbandian no pudo quebrar a Blake

Perdió en sets corridos en una de las semifinales. En la otra, Federer venció a Nadal

El argentino David Nalbandian perdió ayer con el estadounidense James Blake por 6/4 y 6/1 en una de las semifinales del Masters de Shanghai, en una hora y 24 minutos de juego y quedó eliminado.

Blake jugará hoy la final del torneo ante el suizo Roger Federer, que superó al español Rafael Nadal por 6/4 y 7/5.

El de ayer fue el primer enfrentamiento que sostuvieron Nalbandian y Blake.

A Nalbandian le costó entrar en partido, cometió algunos errores no forzados, pegó un par de bolas fuera de equilibrio, como si aún estuviera intentando acomodarse en la cancha, y le permitió a Blake ponerse rápido en ventaja.

Al estadounidense sólo le alcanzó con poner un poco de presión sobre el segundo servicio del cordobés, para quebrarlo en el cuarto game y ponerse 3-1 arriba.

No obstante, David reaccionó, ajustó su revés, encontró una mayor profundidad con sus tiros y recuperó el break.

El cordobés se mostraba más consistente y no se sentía incómodo jugando al ritmo que proponía Blake, quien pasaba dos o tres pelotas y cuando veía la oportunidad de castigar, no dudaba.

Fue la agresividad del moreno, sumada a su devolución y su decisión, la que le permitió volver a romper el servicio de David en el décimo game y cerrar el primer parcial por 6/4.

Blake arrancó el segundo segmento con todo, se colocó 4-0, luego de quebrarlo dos veces a Nalbandian.

Además, todo lo que tiraba entraba en el cuadro y el argentino se mostraba impotente para devolver los violentos y cruzados disparos.

De todas maneras, lejos de darse por vencido, Nalbandian volvió a remar y en el quinto game, recuperó un break y pareció meterse nuevamente en partido.

Pero Blake no lo dejó agrandarse, quebró para ponerse 5-1 y luego mantuvo su saque para ponerle un broche de oro a la definición.

Previamente, Federer exhibiendo un mejor juego le ganó en dos sets a un irresoluto Nadal. El suizo jugó a un nivel superlativo ante un Nadal que no podía imponer su ritmo y tampoco sus mejores golpes. (Télam)