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domingo,
19 de
noviembre de
2006 |
Argentino recuperó la sonrisa
Domingo Celsi / La Capital
Sábado 18 de noviembre de 2006. Hora: 18.35. El árbitro Fernando Velarde decreta el final de Argentino-Luján y apenas 50 personas en las tribunas del José Olaeta son testigos de la primera victoria de Argentino en la era del Puma Rodríguez. Una victoria por la que los hinchas salaítos tuvieron que esperar dos meses y dos días, y de las que pocos pudieron disfrutar en vivo y en directo, por esta insólita resolución de que los partidos se jueguen sólo con la presencia de los socios del club local.
Argentino tenía la obligación de ganar y lo hizo. Más allá de que los dirigidos por el Puma estuvieron muy lejos de brindar un fútbol brillante, los jugadores entendieron que la sequía tenía que cortarse y salieron a jugar con el cuchillo entre los dientes, poniendo cuando había que poner y buscando de todas las maneras posibles que Luján se mantuviera lo más lejos posible del arco de Denis Roberts -quien cumplió una tarea casi sin fallas, lo que sin dudas le otorgó tranquilidad al resto del equipo- y cuando podía tratar de lastimar a los de la basílica. El primer tiempo se fue entre la lucha de Argentino y la falta de ideas de los lujanenses.
Pero apenas iniciado el complemento, Mauricio Inza le puso la cabeza a un tiro libre de Diego Chacón y fue el 1 a 0 para el Sala.
A partir de ahí, la visita salió a buscar el empate y tuvo algunas chances, sobre todo porque Argentino tenía demasiados problemas en la mitad de la cancha para detener los embates rivales, pero allí apareció más todavía la figura de Roberts para abortar una a una las llegadas visitantes. Y sin con el arquero no alcanzaba, el travesaño y el palo izquierdo también jugaron para el equipo de barrio Sarmiento e impidieron los festejos de Barrientos y Brayotta, en los últimos cinco minutos de juego.
Cuando el partido se moría, el recién ingresado Ricardo Martínez se la sirvió en bandeja a José Luis Balbuena, quien de media vuelta fusiló a Cordero para establecer el 2-0 definitivo.
Así, sesenta y tres días después, Argentino volvió a saborear las mieles del éxito, aunque esta vez fueron muy pocos los testigos privilegiados de una victoria que sirvió para cerrar bien el Apertura, y además puede traer una carga anímica importante para que los muchachos del Puma encaren el próximo torneo con la moral en alto y pensando en ser protagonistas.
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Fotos
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El festejo de los jugadores salaítos tras el segundo tanto.
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