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 domingo, 19 de noviembre de 2006  
Efecto Segolene. Esta mujer de mensaje claro y simple podría ser la primera presidenta de Francia en 2007
Royal, la "gacela" que venció a los "elefantes" del socialismo francés

París. - Segolene Royal ha conquistado esta semana al Partido Socialista de Francia y quiere hacer lo mismo con la presidencia de su país. Los viejos "elefantes" de su partido se quedaron con la boca abierta cuando la sonriente presidenta regional de Poitou-Charentes se convirtió meses atrás en la favorita de los medios de comunicación y de los franceses. Todos los que el año próximo quieren heredar el puesto del presidente Jacques Chirac revolvieron en su arsenal político en busca de un antídoto. Pero fue en vano. Royal ganó las internas del PS el pasado jueves con algo más del 60% de los votos, contra dos representantes de la vieja guardia, Dominique Strauss-Khan y el ex premier Laurent Fabius, quienes apenas lograron un tercio de los votos de la triunfadora. Por esto, la flamante candidata es llamada la "gacela" que venció a los viejos "elefantes" del aparato socialista.

El ascenso de Segolene Royal tiene todos los ingredientes de un cuento de hadas moderno: una chica tímida del mundo rural se independiza de su padre, un reaccionario coronel del ejército, aventaja a sus rivales masculinos y aspira a convertirse en 2007 en la primera presidenta de Francia.

La "gacela" venció a sus rivales, entre otros motivos, por ser la que más posibilidades tiene de vencer a los gaullistas en el gobierno. Si esto ocurriera, Francia, la grande nation, potencia nuclear y miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, será dirigida por una mano femenina.


Rompiendo tabúes partidarios
Royal, de 53 años, se fue decantando políticamente, rompiendo tabúes con los que el programa del Partido Socialista tenía las manos atadas. Abogó especialmente por la participación ciudadana y no huyó por cierto de las incursiones en el populismo. Muchos la consideran una suerte de neoconservadora de izquierda, en línea con Tony Blair. Por eso será una "temible competidora para la derecha", advierte el diario Le Figaro.

Todos los sondeos sugieren que se enfrentará al favorito para ser el candidato de la derecha, Nicolas Sarkozy, en la segunda vuelta de las presidenciales en mayo próximo. Al primer turno se presentarán más de 30 candidatos.

El asombroso ascenso de Royal en la política francesa ha avivado las críticas de que se basa más en su buena apariencia, en una retórica populista y en ideales sublimes antes que en políticas sólidas. La derecha gaullista también comenzó a atacarla señalando su falta de experiencia en puestos de primera línea de gobierno, en contraste con Sarkozy, ministro de Interior. Royal fue ministra, pero de Medio Ambiente y Familia, una cartera de mucho menor peso.

Hace sólo tres años, el nombre de Royal no sonaba a la mayoría de los ciudadanos franceses, pero rápidamente se convirtió en la favorita de los medios de comunicación con una serie de llamativas propuestas, y su cara juvenil empezó a adornar numerosos libros y portadas de las principales revistas.

Royal se impuso apelando a los votantes del partido al margen de sus líderes y del aparato, apartándose conscientemente del PS con llamamientos para que "jurados de ciudadanos" supervisen y sancionen a los gobernantes y legisladores y duros planes para reprimir la delincuencia juvenil. Algunos rivales calificaron estos comentarios de "no-socialistas". Por otra parte su distancia del aparato parece muy relativa: está casada con el presidente del PS, François Hollande.

Royal creó aún más malestar entre los pesos pesados del partido con su etéreo estilo personal, presentando sus puntos de vista como los de "una madre" y promoviendo vagas nociones como un "aliento democrático" para el pueblo. "La democracia es como el amor, cuanto más recibes de ella, más crece", dijo recientemente. Con frases como esta enfrentó en un debate televisivo a Strauss-Khan y Fabius. Los analistas y los ciudadanos con formación política vieron como amplio ganador al experimentado Strauss-Khan, pero está claro que los votantes de la base socialista no opinaron lo mismo.

La batalla electoral está abierta. El PS quiere reconquistar el poder con ella como candidata. Y ella siente "la enorme responsabilidad de no defraudar a ninguno de los que tienen esperanzas". La brillante vencedora del jueves instó a su país a "no tener miedo de las nuevas ideas".

Royal tiene carisma, es fotogénica y aristocrática, ambiciosa y posee una fría y calculadora perseverancia. Ya era popular antes de que el partido apostara por ella. Y ella misma explicó por qué estaba tan segura de que vencería: "Soy la única que puede derrotar a la derecha. Encarno el profundo cambio que la gente quiere".

El caso es que se ganó muchas simpatías con su defensa de un "orden justo" y de la lucha contra la violencia juvenil, robando un slogan de Sarkozy. La "hija espiritual" y antigua asesora del ex presidente François Miterrand (1981-95) dejó hábilmente dirigir su ascenso al padre de sus cuatro hijos y titular del PS, François Hollande. Royal apuesta por la "novedad" y por el cambio generacional que anhelan los franceses, pero tiene un conocimiento íntimo del poder y del partido.


El desafío futuro
Lo que está por venir le exigirá mucho más: los conservadores, empezando por el presidente Chirac y acabando con su archienemigo interno, Nicolas Sarkozy, harán todo lo posible por detener a la candidata. Pero ésta ya ha demostrado su capacidad de resistencia. "Todos los socialistas han ganado", exclamó Hollande en un llamamiento a la unidad luego de las internas que ganó su esposa. "Todos van a apoyarla", prometió su derrotado rival Strauss-Kahn.

El hecho es que con Royal un soplo de aire fresco llega a la izquierda francesa, dividida durante tanto tiempo. Ahora son sus contrincantes los que amenazan con hacerse añicos: con Chirac, el primer ministro Dominique de Villepin y la ministra de Defensa Alliot-Marie por un lado, y el combativo Sarkozy por otro. El círculo de hierro de Chirac no oculta que prefiere un triunfo de Royal antes que el de Sarkozy. Este tendrá que combatir tanto contra la izquierda como a sus enemigos jurados dentro del oficialismo.
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Royal ganó con el 60% de los votos la interna socialista.

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