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domingo,
19 de
noviembre de
2006 |
La operación del año. El mercado lácteo después de Soros
Prevén mayor competencia por la leche
Analistas y productores prevén que el nuevo grupo será agresivo a la hora de conseguir materia prima
La firma de la carta de intención por parte de Sancor y de Adecoagro disparó una serie de interrogantes en los analistas sobre el futuro del negocio lácteo. Aunque la mayoría evita arriesgar hipótesis, todos coinciden es en que, de concretarse, la nueva alianza modificará el panorama del mercado y alentará una fuerte competencia entre las empresas del sector.
El economista del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta) de Rafaela Raúl Zender, explicó que la leche es el comodity más vulnerable del sector agropecuario, por ser un producto perecedero. Por otro lado, la lechería "multiplica la actividad económica en la zona donde está radicada".
Tras recordar que en países como Estados Unidos y Canadá la modalidad cooperativa se impone en la gestión láctea, describió el panorama de concentración en el sector en el país.
"En la década del 70 había 30 mil tambos y la producción era de 5 mil millones de litros, en la actualidad existen entre 10 a 12 mil tambos pero se producen 10 mil millones de litros, hay menos tambos pero subió la productividad", señaló. Este aumento tiene que ver con las mejoras tecnológicas en los manejos productivos.
"Lo que falla es el contexto macroeconómico, es difícil para las industrias planificar con retenciones", disparó Zender e indicó que en este escenario, los primeros que pierden son los productores tamberos y también las empresas más pequeñas que son cooptadas por las más grandes.
Para Ercole Felippa, presidente de Manfrey y titular de la Federación de Cámaras Exportadoras de la República Argentina, el ingreso de Soros al sector significará "un desafío" para el resto.
Luis Marcenaro, uno de los más destacados analistas del negocio lácteo y director de la publicación "Producir XXI", consideró que la entrada del magnate húngaro la lechería "va a ser un factor de dinamización" por la agresividad con la que maneja los negocios. Pero además es "un reconocimiento de que la Argentina tiene condiciones excepcionales para ser un jugador muy importante en la lechería mundial".
Marcenaro explicó que la lechería argentina tiene dos condiciones que no se encuentran fácilmente juntas en otros países productores. "Pocas regiones pueden tener vacas pastoreando todo el año y pocas regiones tienen granos forrajeros a costos competitivos, y casi nadie tiene las dos cosas juntas", explicó.
Con este potencial, los inversores externos hacen un cálculo muy claro: "Cuando hay países donde la leche se paga a 45 centavos de dólar, en Argentina, Uruguay y Brasil pueden competir pagando 17 centavos".
En esa inteligencia, la expectativa es que el ingreso de grupos como Soros cambiarán el escenario para la producción primaria. "Posiblemente asistamos en los próximos 3, 4 ó 5 años al resurgimiento de programas de apoyo a la producción por parte de las industrias, de la mano de una mayor agresividad en relación a la compra de leche".
No es fácil describir la situación actual de la lechería. A nivel global es un negocio en expansión y con buen potencial, pero al mismo tiempo hay grandes crisis empresarias, como la de Sancor, y cada vez quedan menos tamberos.
En el caso de la producción primaria, el proceso de concentración vino acompañado de un fenomenal aumento de la productividad. Un tema que, recordó Marcenaro, "en el que ha tenido mucho que ver Sancor porque desarrolló durante años programas de apoyo que hicieron que la calidad de la hacienda en su zona sea superior al promedio, hace 30 años tenían programas de inseminación que no tenía nadie".
Para las industrias, el panorama es dispar. El alto grado de endeudamiento y la sobreinversión durante la década pasada se convirtieron en una mochila para muchas grandes firmas. "Frente a la crisis hay tres opciones: fundirse, vender activos a empresas extranjeras, o seguir peleándola sacando créditos que se convierten en salvavidas de plomo", señaló el especialista.
Las empresas que han ganado mercado en el último tiempo, sean nacionales o extranjeras, no tenían esas mochilas. Pero el mercado también influye, ya que las firmas que orientaron sus negocios a la exportación se beneficiaron por un panorama que sigue creciendo en volúmenes y divisas a pesar de las retenciones.
"El que está en el mercado interno tiene más dificultades, primero porque hay leyes que impiden desabastecerlo, porque los precios son más bajos y por las políticas de control de la inflación", explicó Marcenaro. De todos modos, advirtió que en el largo plazo, estructuras de distribución interna como las de Sancor permiten ostentar una posición de liderazgo.
¿Cuál será la política de Soros en tal sentido?. Algunos analistas consideran que intentará crecer en la exportación pero sin descuidar el mercado interno. "Esto es lo que sería más deseable, porque si la idea es exportar leche en polvo, se corre el riesgo de que se desarmen muchas fábricas de Sancor que dan trabajo a muchísima gente en el interior del país", opinan.
Además del impacto social de la actividad lechera en el interior, hay un conjunto de pequeñas y medianas empresas que operan el 50% del mercado. Para este sector, la llegada de grandes grupos también es un desafío. "Esta gente va a venir con una política agresiva de compra de leche", opinó Marcenaro, quien consideró que en el caso de Soros juega a favor también el "crédito" que le darán los tamberos luego de una prolongada crisis.
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