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 domingo, 19 de noviembre de 2006  
"Recién se había jubilado y esperaba otro nieto"
Teresa, cuñada del hombre que cayó del techo en Rueda al 6000, dijo que era una persona querida en el barrio

Carlos Arderius había superado las seis décadas, hacía sólo dos meses que se había jubilado y se preparaba para disfrutar a pleno no sólo de sus hijos, sino sobre todo de sus tres nietos y del cuarto que ya viene en camino.

El hombre se había preocupado porque la tormenta le había arruinado algunas de las chapas de la cochera que tenía en la esquina de su casa, en Rueda al 6000, y quiso saber cuántas tenía que reponer. Para eso, se subió al techo, donde hizo un mal movimiento y cayó al piso.

"El golpe fue mortal", contó su cuñada Teresa, quien no salía del asombro por lo ocurrido y especulaba con que "si hubiera esperado 10 minutos, capaz eso no pasaba".

Carlos siempre había vivido en Rosario y hacía más de 40 años se había casado con Lilian, una peluquera con la que tuvo dos hijos, tres nietos y un cuarto está en camino.

El hombre era rosarino y hacía décadas había trabajado en la fábrica de aceite Patito, de la que fue despedido en una de las crisis que padeció la empresa. Luego empezó a trabajar para la petrolera Shell, relató su cuñada pocas horas después del entierro.


Vida tranquila
"Siempre fue muy trabajador, pero hacía unos años que se había quedado sin empleo, por lo que decidió jubilarse. Con eso, más las cocheras que tenía, vivía tranquilo", relató la mujer.

Teresa destacó que "siempre fue un hombre querido por todo el barrio" y muy "familiero". Tan es así, que al lado de su casa vivían sus dos cuñados, Teresa y el hombre que estaba con él en el momento del accidente.

Ya con 65 años, Carlos quería estar tranquilo y disfrutar de su familia. Su mujer, Lilian, también de 65 años, seguía atendiendo a algunas pocas clientas como peluquera y él se encargaba de las cocheras de la esquina de su casa. Por eso, el día después de la tormenta quería saber cuántas chapas del techo había roto el granizo para reponerlas. Incluso ya había llamado a alguien que le hiciera el trabajo.

Pero no esperó que esa persona llegara, llamó a su cuñado, sacó una escalera y se fueron a ver los daños que el granizo había hecho en las chapas. El accidente sobrevino cuando subió al techo con una escalera.

"No sabemos si se mareó, hizo un mal movimiento o pisó en algún lugar que luego cedió. Pero se cayó y el golpe mismo lo mató, fue letal", contó Teresa, quien dijo que la ambulancia tardó más de una hora en llegar "porque decían que había mucha demanda por los problemas que había en la ciudad después del vendaval".

"Si hubiera esperado diez minutos capaz no le pasaba", volvía a especular la mujer, quien todavía no salía del asombro de la muerte del esposo de su hermana. "Este es un golpe terrible, porque él era un hombre extraordinario", no paraba de repetir.
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