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domingo,
19 de
noviembre de
2006 |
"Cuando vio los vidrios rotos, cayó muerto"
María todavía no sale de la conmoción. "En plena tormenta, cuando miró todos los vidrios rotos, se cayó muerto", cuenta la mujer de 64 años, quien desde hace más de cuatro décadas estaba casada con Roberto Mangiaterra, un jubilado de 70 años, que -según estimaron los médicos- falleció de muerte súbita. El hombre había sido empleado de la empresa Celulosa Argentina. Hacía diez años que se había jubilado y vivía con su esposa en una casa del centro de Granadero Baigorria. "Siempre vivimos en este lugar", contó la mujer, con quien tuvo dos hijos varones y dos nietas. Se trata de la misma casa cuyos cristales comenzó a destruir el granizo el miércoles pasado. "Vio todos los vidrios rotos y se cayó muerto", repitió María una vez más.
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