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sábado,
04 de
noviembre de
2006 |
Efemérides
Un 4 de noviembre...
Guillermo Zinni / La Capital
1780: Estalla una sublevación encabezada por Túpac Amaru
José Gabriel Condorcanqui nació en Tungasuca, Perú, el 19 de marzo de 1738, y era el segundo hijo del cacique Miguel Condorcanqui y descendiente por línea materna de Túpac Amaru, el último soberano inca, de quien adoptó el nombre. Fue educado por los jesuitas en el colegio de San Francisco de Borja, ubicado en el Cuzco. En 1776 presentó una petición formal a los españoles para que los indios fueran liberados del trabajo obligatorio en las minas, pero ante la negativa de la Real Audiencia de Lima decidió tomar medidas más radicales. El 4 de noviembre de 1780 encabezó la insurrección popular más grande en la historia del virreinato, la que estuvo fogoneada también por el fastidio que producían en sus seguidores los tributos excesivos, la mita y los abusos. Durante la rebelión el corregidor Arriaga fue apresado y ejecutado, y luego la guerra se propagó por toda la sierra, llegando a convertirse en una lucha racial. Al frente de una nutrida hueste y después de vencer a un ejército de 1.200 españoles en Sangarará, Túpac Amaru intentó facilitar una negociación de paz, pero los españoles organizaron la resistencia y los rebeldes fueron vencidos el 8 de enero de 1781 por un ejército enviado por el virrey Jáuregui y Aldecoa y, entre el 5 y el 6 de abril, en Tinta, por las tropas del mariscal del Valle. Amaru fue hecho prisionero y juzgado severamente: el 18 de mayo de 1781 lo obligaron a presenciar el asesinato de toda su familia. Lo condenaron a morir descuartizado por cuatro caballos que tirasen de cada una de sus extremidades, pero como era un hombre excepcionalmente fuerte logró sobrevivir. Ordenaron entonces su decapitación, y luego su cuerpo fue descuartizado. Su cabeza fue colocada en una lanza y exhibida en Cuzco, sus brazos en Tungasuca y Carabaya, y sus piernas en Livitaca y Santa Rosa. A pesar de esta masacre los españoles no lograron sofocar la rebelión, que continuó acaudillada por su medio hermano, Diego Cristóbal Túpac Amaru, al tiempo que se extendía por el altiplano boliviano, la región de Jujuy y el noroeste argentino. La fama de Túpac Amaru se extendió de tal forma que incluso los indios sublevados en el llano de Casanare, en la región de Nueva Granada, lo proclamaron rey de América.
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