Un clásico. Abrió el XXII Encuentro y Fiesta Nacional de Colectividades

El cielo, protagonista en el arranque de las Colectividades

Pese a los augurios de mal tiempo, los fuegos artificiales les dieron la bienvenida a las 55 colectividades representadas

Todas las miradas volvieron a posarse sobre el cielo. Esta vez para ver cómo el Monumento a la Bandera lanzaba fuegos artificiales en dirección a las carpas del parque y para ver a las espaldas de un Fito Páez en pantalla gigante otra salva de colores y estruendos que iluminó el Paraná y las islas. Así, otra vez el cielo fue protagonista. El mismo de noche clara y luna casi llena que alguna vez esperanzó a los inmigrantes, y que por la tarde de ayer preocupó a más de uno. Pese al viento del sudeste que presagiaba mal tiempo, el XXII Encuentro y Fiesta Nacional de Colectividades largó con el color de las banderas de las 55 colectividades representadas y el estrépito de los fuegos.

Antes, la cantante Marcela Morelo le había puesto ritmo a una noche fresca con sus éxitos al tiempo que los stands se comenzaban a poblar con paseantes atraídos por la cultura de 39 agrupaciones. De 32 de ellas ya emanaban los aromas de los platos típicos y en Siria y Líbano los grupos de baile de chicos le hacían un guiño a la tarde con sus faldas al viento.

Con una calma nerviosa en todas las carpas se ponían a punto las carnes, las verduras y las salsas junto a las decoraciones. La gente empezó a bajar bordeando al Monumento y a acercarse al predio desde el norte y sur, donde los lugares para estacionar parecieron suficientes por ser la primera noche.

La vigilancia se hizo ver con un operativo de unos 300 agentes entre personal policial, de la Guardia Urbana y de seguridad privada, más allá de que, aclararon desde la organización, nunca hubo problemas serios en esa materia.

Este año los stands cumplirán un viejo sueño de reubicación, con un sentido geográfico. De frente al río, a la derecha están los sectores europeo y español, mientras que a la izquierda el italiano, el latinoamericano y de Oriente. "Es una forma de integración que hace mucho buscábamos y que pudimos lograr este año", aclaró Antonio Tosca de la colectividad Navarra y de la organización del evento.

El mismo que luce sus ojos mojados con lágrimas de emoción cuando le dedica la fiesta "a nuestras familias, a nuestros viejos y a los hijos". Cerca Lidia del Grosso, de Campani Nel Mondo, y Porota Matuc, de la colectividad libanesa, no dejan segundo libre sin chequear horarios y disposiciones. Luego de echar constantes miradas, todos siguen pidiéndole al cielo que atienda sus plegarias y respete su trabajo.

Es verdad que hasta el domingo 12 habrá tiempo para que salga el sol, truene o llueva. "Pero que sea a la madrugada o a la mañana y no tanto, para que podamos tener la fiesta en paz", reclama Porota no sin recordarse con el agua hasta las rodillas. Y como creyendo que no todo lo bueno llega desde arriba, las miradas volvieron a posarse en el cielo y rápidamente volvieron al trabajo, para que la celebración vuelva a hacerse realidad.

El viento tuvo a maltraer a los organizadores.